Caramba, no hay más remedio que hablar del Gobierno. Cuando yo creía que lo único digno de algún comentario era el nombramiento del señor Sebastián, resulta que lo de las mujeres ha traído cola. Por El Plural me entero de que en La Cope y El Mundo están que trinan con las damas del Gobierno. Son dos medios que no frecuento, así que me vienen muy bien los resúmenes que hace El Plural, con lo que se difunden estas opiniones dignas de primates. Meterse con las mujeres nombradas por ser mujeres es algo tan incomprensible hoy día, tan absurdo que no salgo de mi asombro. Parece que el señor Burgos, en el ABC las ha comparado con un batallón de modistillas. Una comparación muy afortunada que revela lo viejo que es el señor Burgos, de cuando "Batallón de modistillas" era una canción de moda en España, allá por los primeros cincuenta. "Batallón de modistillas"... hay que jorobarse, qué merluzada.
Parece que les moleste, que les irrite que haya mujeres en el Gobierno y todavía más que sean jóvenes o relativamente jóvenes. Es obvio, son las representantes, por así decirlo, de la generación que se benefició de que la lucha por la emancipación femenina hubiera empezado. Lo llamativo es el odio, la irritación, la mala baba que esos insultos y desprecios encierran. Se entiende que haya tanta violencia machista en nuestras sociedades. Hay un hilo directo entre esta irritación y este desprecio hacia las mujeres y los que después las muelen a palos o las degüellan. Son los mismos prejuicios machistas, estas gentes piensan lo mismo, aunque luego no hagan lo mismo, por supuesto.
También resulta que el señor Berlusconi se siente con derecho a opinar sobre el Gobierno español que le parece muy "rosa". No sé si el color rosa está bien elegido para calificar al Gobierno, si ese "rosa" debe entenderse como una degradación del rojo que se suponía a los gobernantes o si lo da como color propio de las ministras a fuer de mujeres; pero debe de ser de mujeres bebés, que es cuando el rosa se identifica con lo femenino. Más adelante en la vida, el rosa pasa a simbolizar lo gay. No sé a cuál interpretación se referirá el señor Berlusconi pero, conociendo al uccelacio, a la tercera. Para esta gente, lo femenino y lo gay son intercambiables. Bueno, ¿y a mí que su gobierno, en cambio, me parece que es demasiado negro? Negro, sí, de las camisas negras. Cada cual tiene el color que le gusta. Yo prefiero el rosa al negro. Otros será al revés.
También me entero por El Plural de que La prensa internacional se rinde ante "la España de Zapatero", o sea que los grandes de la prensa se hacen lenguas de la toma de posesión de la señora Chacón, embarazada de siete meses, con una panza de aquí a Lima, pasando revista a la tropa e impartiendo con voz firme la orden que ya ha pasado a los anales de ¡Capitán, mande firmes! ¡Patapaf! Un castillo secular de prejuicios del estamento militar se desplomó sin remedio. Los extranjeros dicen que ese gobierno, del que se felicitan, claro, no era lo que cabía esperarse de "los españoles"; claro, claro, de los "españoles" de la leyenda negra que son los que son y siguen siendo. Los otros también somos españoles, pero apenas si nos dejan respirar porque la marca de fábrica la tienen los "pata negra", negra como la camisa que aquí era azul.
En todo caso cómo se parecen los hombres a sí mismos. Todavía no he leído u oído una sola opinión de la izquierda de verdad, la "transformadora", "anticapitalista" o lo que sea sobre este asunto del gobierno plagado de mujeres. Supongo que estarán preparando un documentado estudio para demostrar que es todo mentira socialdemócrata y que cualquier día de estos el señor Zapatero le arrea una mano de tortas a doña Sonsoles para demostrar lo muy español que es y lo muy italiano, abisinio, chino o estadounidense.
¡A dónde vamos a parar! Mujeres en el gobierno. Y no una o dos, cosa llevadera, sino en tropel. ¡Si Aristóteles levantara la cabeza!
(Los dos retratos son de Thomas Gainsborough, el primero, de 1770, se titula "Retrato de dama en azul" y se encuentra en el Hermitage, de San Petersburgo y el segundo, de 1785, es el retrato de Mrs. Sarah Siddons y se encuentra en la National Gallery de Londres. Por cierto, esta Sarah Siddons llegó a ser la actriz de teatro más famosa de su tiempo. Su papel favorito y con el que más triunfó fue Lady Macbeth y además, tuvo siete hijos, de los que cinco fallecieron prematuramente. Siete hijos y una carrera brillante en el teatro y en el siglo XVIII. Hay cosas asombrosas).