dimecres, 5 de març del 2008

Hasta el último minuto.

En las primarias de ayer en Ohio, Rhode Island, Texas y Vermont los republicanos han zanjado la cuestión de quién será el candidato del GOP el próximo mes de noviembre: McCain. Ha ganado en los cuatro Estados frente al cura Huckabee (qué alivio) y de modo contundente: 58%-32% en Ohio, 65-21 en Rhode Island, 56-32 en Texas y un asombroso 72-15 en Vermont. Si atendemos a los cálculos de los delegados que cada cual ha obtenido y con las debidas precauciones ya que esas cuentas son endemoniadamente difíciles pues cada Estado fija sus delegados como quiere, el señor McCain ya es el candidato del Partido Republicano. Así, según los datos de Associated Press, si McCain, que ya tiene 1.094, gana todos los delegados en estos cuatro Estados, esto es 265, se sitúa en 1328, mucho más de lo que necesita, que son 1091. Si seguimos los datos del New York Times, más conservadores, Mr. McCain tendría 1.139, a falta de 52 para conseguir la cantidad precisa. El señor Huckabee no llega a trescientos. O sea que adiós a Mr. Huckabee, quien ya ha tenido la elegancia de reconocer su derrota en un discurso con cierta chispa de ingenio.

En el caso de que sean los republicanos quienes ganen las elecciones del próximo noviembre, el presidente será John McCain, un veterano de Viet Nam, que pasó cinco años y medio preso de los comunistas; que tiene una actitud de halcón, o sea, sumamente agresiva en el Irak, en donde dice que, si es necesario, los EEUU se quedarán diez mil años; que piensa cerrar el centro ilegal de secuestros en Guantánamo; que propugna una actitud moderada en relación con la inmigración y una política fiscal de continuación con la del señor Bush. Pero que, al margen de lo que piense, tendrá que encontrar el camino en una situación económica grave que ya apunta a convertirse en recesión, con un déficit gigantesco, un desequilibrio preocupante de la balanza de pagos y un dólar en claro descenso frente al euro y otras monedas fuertes.

El interés de la refriega en esta interminable y tensa noche ha estado en el campo demócrata. La señora Clinton salía a pelear por su subsistencia como candidata creíble frente a un señor Obama que llevaba once victorias seguidas desde el "supermartes" de febrero. Todavía ayer el expresidente Clinton decía a los tejanos en Austin que, si su mujer no ganaba en Ohio y Texas, tendría que abandonar la pugna.

Parece que, de momento, no tendrá que hacerlo, aunque el asunto ha estado en el alero, precisamente en Texas. Los resultados de esta noche de nervios han sido: Vermont para Obama (60%-38%), Ohio para Clinton (56%-42%), Rhode Island también para Clinton (58%-40%), Texas (primarias; 2/3 de los delegados) para Clinton (51%-47%) y Texas (caucuses; 1/3de los delegados) para Obama (56%-44%), lo que plantea una situación complicada. Pero la carrera sigue.

Si echamos una ojeada a los delegados que cada pretendiente lleva, el asunto está en verdad que arde. Se necesitan 2.025 para proclamarse candidato a la Presidencia de los EEUU por el Partido Demócrata. Los cálculos son aun más difíciles que en el caso del GOP porque los delegados se otorgan generalmente de forma proporcional al voto (no mayoritaria como en el caso de los republicanos), según procedimientos a veces muy complicados y, en bastantes casos, otorgando sólo una parte en el momento de la elección y dejando otra para caucuses posteriores. Lo que yo hago es promediar los cálculos de delegados que cada campo (Obama/Clinton) hace de los suyos y los del otro y me salen unos 1.200 para el señor Obama y unos 1.041 para la señora Clinton. En los cuatro estados hay 370 delegados en juego. Suponiendo un reparto de 220 (Mrs. Clinton) frente a 150 (Mr. Obama), si todos se adjudicaran ahora, que no es el caso, los resultados vendrían a ser 1.350 (Obama) y 1.261 (Clinton), es decir, escasa diferencia pero todavía a favor del señor Obama.

La carrera sigue abierta. La señora Clinton ha roto la serie sucesiva de victorias de Mr. Obama y vuelve a ser una opción posible, aunque por la mínima. En estas circunstancias es comprensible que ambas campañas adquieran un tono más duro. Ya lo han tenido con la última guerra de vídeos. He aquí el que publicó hace unos días el campo de Mrs. Clinton sobre quién cogerá el teléfono en una llamada de emergencia a las 03:00 de la madrugada en la Casa Blanca. Tampoco era tan original; es el tema que había usado McCain con la misma finalidad y las mismas imágenes. La señora Clinton lo adaptó a sus necesidades para dar a entender que ella sería más apta para atender a una emergencia nacional que el senador Obama. Este es el vídeo.

Y esta la contestación casi inmediata del campo del señor Obama:


Todo sigue abierto en el campo demócrata. De aquí a que éste pueda proclamar un candidato, el de Partido Republicano tendrá muchas posibilidades de atacar a sus rivales, dando ejemplo de un partido unido y con moral de victoria. El tiempo trabaja en contra de los demócratas, que podrían llegar a la convención de agosto prácticamente empatados, teniendo que decidir la cuestión los superdelegados que viene a ser como cuando un partido de fútbol se decide en los penalties.