La manga de asesinos de ETA ha matado a un trabajador de Arrasate/Mondragón. Mañana hablaremos más despacio. Algunas consideraciones por hoy:
La legislatura acaba como empezó, con un atentado terrorista.
ETA copia el método Al Qaeda de participar en las elecciones.
Está clarísimo que este asesinato, aparte de su villanía moral, es una venganza contra el PSOE por no plegarse.
¿Por qué no te callas, Aznar? ¿No decías que el Gobierno estaba negociando ahora mismo con ETA, o sea, con el Movimiento de Liberación Nacional vasco? ¿Por qué no te callas? Y contigo, todos los canallas y granujas que han propalado semejante infundio.
ANV no condena el atentado. Claro, lo han cometido los de su cuerda.
El señor Ibarretxe dice estar "harto" de ETA. Menos palabrería y que retire su plan inmoral de un referéndum que se apoya en el hecho de que exista esa banda de pistoleros.
El PP ha roto la unidad democrática, como siempre, dando una baza a ETA, también como siempre.
Las demás fuerzas políticas han sentado un ejemplo de unidad democrática y templanza.
En especial Esquerra Republicana de Catalunya, organización que es prueba de que se puede ser independentista sin necesidad de ser asesino.
Estamos a la espera de ver cómo justifica este nuevo crimen la cuadrilla de cómplices y simpatizantes de los asesinos; los que se escandalizan cuando hay la sospecha de torturas en las comisarías, pero callan cuando los asesinos actúan; los que dicen luchar por las libertades de unos, pero justifican los asesinatos de otros con especiosas razones; los que compran su seguridad personal al precio de glorificar los crímenes o de callar ante ellos; los que se tiran el pliego de vivir el borde del peligro por ejercer una crítica contra el Poder que les sale gratis mientras chapotean en la inmundicia moral de su cobardía de apologetas de asesinos; los que propugnan la abstención porque eso es lo que pide ETA pues esto "no es una democracia" según dicen los pistoleros; los que hablan del "Estado de excepción" en el País Vasco cuando la única excepción que hay en el País Vasco se llama Isaías Carrasco, nombre de todas las personas de bien que no se doblegan ante el terror de los asesinos y sus valedores intelectuales.
A ver qué se lee mañana por ahí.