dimarts, 27 de novembre del 2007

El atorrante erre que erre.

Leo que el pintoresco mandatario venezolano tiene como asesores a varios profesores universitarios españoles. Acabáramos. Ahora me explico la contumacia del menda que parece haber encontrado la flauta del agujero solo. Esta vez quiere "congelar" las relaciones con España y, probablemente haya decidido de su Minerva "congelar" también las relaciones con Colombia. Cada vez que un gobernante o estadista hace algo que no le place, aunque sea muy personal, va y "congela" las relaciones con el país del precito. Pero no haya cuidado, de inmediato aclara algún asesor que la medida no se refiere al país, España o Colombia, sino a su mandatario. Un "no te ajunto" de cancillería, supongo. Cómo puedan "congelarse" las relaciones con España y Colombia sin congelar las relaciones con Colombia y España es algo que sólo los profesores universitarios españoles saben explicar. ¡Ah! Y en el caso de Colombia, para mayor risa, media la condición "bolivariana" del otro país.

¿Es posible tomarse en serio a este hombre? Llena de perplejidad, la Secretaria de Estado para Iberoamérica, Trinidad Jiménez, ha consultado al embajador de la República Bolivariana acerca del significado del verbo "congelar" aplicado a las relaciones diplomáticas entre dos países y, según se colige, éste es que las cosas siguen igual que antes. Parece claro que el señor Chávez va a estar dando la barrila hasta el domingo, cuando tiene convocado a su amado pueblo para ofrecerle la sin par felicidad de poder elegirlo hasta el fin de los tiempos.

Entre tanto, ya me gustaría que las autoridades españolas hicieran lo que cualquier persona haría en este caso: como no hay manera de que el presidente del discurso interminable (al más puro estilo castrista) se calle, callémosnos nosotros y demos ejemplo de serenidad y cordura, ignorando las bravatas bolivarianas. Aunque no sea más que para ahorrar el dinero de los contribuyentes.


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