Leo en el 20 Minutos que, según una encuesta publicada por el diario Expansión, el señor Ruiz Gallardón es el político mejor valorado por los españoles, por delante del señor Rodríguez Zapatero que ocupa un segundo lugar. En undécimo y por detrás del señor Aznar, aparece el señor Rajoy. Y muy por detrás de la señora Aguirre, que ocupa un honrosísimo cuarto puesto.
El asunto no puede estar más claro. Al señor Rajoy no lo quieren ni los suyos. Si se aparta de las enseñanzas del señor Aznar, los unos lo llaman "maricomplejines"; si se ciñe a ellas, los otros lo califican de títere. Así no es de extrañar que el hombre tenga una imagen tan desvaída como desvalida, que trata de compensar queriendo ser contundente, sin miramientos, y resultando las más de las veces intemperante y desabrido. Y esto no es un problema superficial de imagen que pueda corregirse cambiando de corbatas o aprendiendo a mirar al objetivo.
De seguir las cosas como hasta ahora, contando con las previstas, la sentencia en el juicio del 11-M entre las más importantes, las elecciones de marzo de 2008 pintan bien para el PSOE. Otra cosa sería si el candidato del PP fuera el señor Ruiz Gallardón o incluso la señora Aguirre, desde luego. Sobre todo el alcalde de Madrid es un verdadero peligro para el PSOE porque ostenta la representación del centro político, cosa que no sucede con la señora Aguirre. Por eso es el político mejor valorado. Para desgracia del PP, su candidato es el señor Rajoy, el undécimo político español, por delante tan sólo de los nacionalistas y del señor Acebes que ocupa un merecido décimotercer puesto, por detrás del señor Piqué.