Hace cinco días publicaba servidor en este blog un post titulado El reformista señor Rajoy, y ayer imaginé una contestación en forma de carta del presidente del PP que paso a transcribir sin cambiar un ápice en ella.
Estimado señor Palinuro: permítame algunas precisiones sobre su entrada del pasado 14 de julio acerca de mi propuesta de reforma de la ley electoral que hoy he tenido ocasión de reiterar a la vista del desastre que los socialistas pretenden institucionalizar en Navarra, como ya lo han hecho en alguna otra comunidad por ejemplo las Baleares. ¿Sabe Vd. señor Palinuro que en las islas gobierna una coalición de partidillos el más importante de los cuales anda por el 37% del voto mientras que el PP, ahora en la oposición, alcanzó el 46,01%? Le parece a Vd. justo estar en la oposición con el 46,01%? A mí no me lo parece ni con el 10% así que excuso decirle con el 46,01.
Dice Vd. en su entrada que yo pido una reforma de la ley cada vez que pienso que mi partido pueda salir beneficiado. Naturalmente señor mío. No querrá Vd. que la pida cuando mi partido vaya a resultar perjudicado. Además olvida Vd. que al PP le sucede como a la General Motors: todo lo que es bueno para él es bueno para España.
Añade Vd. que mi sugerencia de que gobierne la lista más votada sólo podría aplicarse en el ámbito municipal y no en el nacional y autonómico en donde rige el principio parlamentario más décimonónico y absurdo. Algunos por ahí sostienen que para aplicar mi audaz propuesta sólo animada de amor a la Patria habría que reformar la Constitución. Así que me dije: "Mariano, no se puede jugar con fuego". Vd. sabe, señor Palinuro que con respecto a la Constitución los seguidores de Fraga somos muy claritos: lo mejor habría sido que no hubiera constitución pues con unos retoques a las sapientísimas Leyes Fundamentales de Franco todo se hubiera resuelto. Sin embargo, una vez que se aprobó la Ley de Leyes hemos pasado a ser sus más firmes defensores. Cerrados defensores entiéndase bien de quienes puede decirse aquello de “nadie las mueva que estar no pueda con Roldán a prueba” que recita nuestro (nuestro ¿eh? no de los rojos) inmortal don Miguel.
De ahí que me haya molestado en reflexionar sobre mi idea para reconducirla a algo constitucionalmente más viable: si no puede gobernar la lista más votada (admito que quizá tenga Vd. razón con lo de la moción de censura, pero no se lo diga a Josemari, que me pierde) que tampoco pueda hacerlo quien no llegue al 30% de los votos. Eso resolvería el problema, ¿no le parece Vd.? Ya sé que con esta fórmula perderíamos el gobierno de Canarias pero así verá Vd. cómo es únicamente el interés general el que mueve mis iniciativas y no el de bandería política como Vd. insinúa en su rojoblog.
Habiendo hablado con un cuñado mío experto en leyes, me dice que tanto da una propuesta como la otra porque ambas son contrarias al espíritu del gobierno parlamentario y que España es un “Monarquía parlamentaria” por decisión de la Constitución.
Dice el señor López Garrido que mi segunda iniciativa es aun más absurda que la primera. Lo que diga el citado señor, antiguo comunista, hoy socialista y quién sabe si masón, me trae al fresco. Pero mi cuñado, hombre de orden, sí merece mi atención. ¿Ve Vd. por qué no queríamos nosotros nada de estos peligrosos experimentos demoliberales? ¿No bastaba con una Monarquía orgánica? Ahora si no cabe obligar a que gobierne orgánicamente la lista más votada y no se puede impedir, aunque sea a la fuerza, que gobierne quien no llegue al 30%, sólo cabe terminar con este absurdo y antidemocrático sistema parlamentario como insinúa Vd. en su entrada.
Cordialmente suyo, en Madrid, a 18 de julio (gloriosa efeméride) de 2007.