dissabte, 26 de maig del 2007

Tirarse a la piscina.

La plataforma savateriana en contra de los nacionalismos obligatorios parece ir adelante. Me reafirmo en lo que dije en el primer post sobre esto: cuantas más y más variadas asociaciones haya en España, mejor. Ésta, en concreto, aunque aún no tenga nombre, goza ya de gran difusión, merced a la popularidad de su principal promotor.

Resulta sorprendente que un filósofo que ya no es joven y tiene un bien ganado prestigio y amplia audiencia, decida dedicarse a un tipo de actividad práctica muy lejana de su quehacer habitual y para la que no es seguro que esté bien preparado. A su vez, poner en pie un partido, sin ser cosa fácil, es algo sencillísimo si se compara con la tarea de mantenerlo en funcionamiento, presentándolo a las elecciones. Es de esperar que los fundadores atiendan a este aspecto y busquen a las personas más adecuadas. Algunos de ellos, como la señora Díez, eurodiputada por el PSOE tiene más experiencia en estos terrenos y, una vez resuelva su delicada situación personal, podrá ponerla al servicio de eso que se llama la "construcción" del partido.

Otra cosa es cómo encaja esta decisión en la trayectoria intelectual de alguno de ellos. Los intelectuales, ya se sabe, cambian como veletas. Unos lo reconocen y hasta lo tienen a gala. Otros, no; sostienen que son los demás, las circunstancias, el universo mundo lo que cambia, puesto que "todo fluye", menos ellos, incólumes como las rocas. Pero no es frecuente presenciar un cambio tan súbito. Porque ¿no era el señor Savater quien hace unos meses decía que España "se la suda"? No es mi intención enjuiciar la mudanza, si es que la hay, aunque él deberá prepararse para dar cuenta de ella porque será muy raro que en la refriega política no se la saquen con frecuencia.

La plataforma ya ha hecho algunas declaraciones que permiten barruntar su orientación. Ha manifestado su disponibilidad a aliarse con Ciutadans. No estoy seguro de que esa otra organización sea un buen asidero para echar a andar. Da la impresión de ser el hotel de los líos. Los blogueros quizá se interesen por saber qué pasa en ese partido visitando un blog de uno que dice ser de ciutadans y es muy crítico con el partido. El blog se llama Ciudadano Ubu. Como patafísico y seguidor de Jarry desde que tengo uso de razón, aplaudo el título y el blog es una pasada. Pero da una imagen deplorable del funcionamiento de Ciutadans. Los de la plataforma anónima harán bien en pensar sobre esa posible alianza con más detenimiento. El señor Zaplana se ha apresurado a ofrecer otra alianza que la plataforma ha rechazado ya, recordando que los separa la cuestión del laicismo. Más que una alianza esto hubiera sido el abrazo del oso.

Están siendo cautos en los comienzos, pues también se han dado un generoso margen de cinco meses para sondear sus posibilidades antes de constituirse en partido. No hay que ser un lince para ver que estos cinco meses es la mitad del tiempo que los animadores del experimento juzgan falta para las elecciones generales de marzo de 2008. Quieren dejar otros cinco para organizarse electoralmente, hacer su programa, cumplimentar los requisitos administrativos, presentar sus candidaturas, etc. No se les ha ocurrido que el señor Rodríguez Zapatero pueda adelantar las elecciones, por ejemplo al próximo mes de octubre, lo que no dejaría tiempo suficiente a la plataforma para presentarse. Es de esperar que sus otras decisiones muestren mayor capacidad de previsión.

Desde el punto de vista ideológico (lo que en los partidos de izquierda antes se llamaba la "línea política"), el éxito de la empresa dependerá de que sea capaz de encontrar un discurso convincente. El puramente negativo (contra los nacionalismo obligatorios) es muy explícito, pero tiene corto recorrido. El discurso tiene que tener también una parte positiva, propositiva. Ese el hueco que quiere llenar la idea de un "partido español sin complejos".

Lo que todo el mundo se afana por averiguar ahora es a quién restará más votos la plataforma. Supuesto que llegue a configurarse, a presentarse a las elecciones y a tener un resultado digno de mención, está por ver.

Como habrá que seguir hablando de la plataforma (porque eso del "partido español sin complejos" es suculento) y no es cosa de andar poniendo los caretos de los fundadores, me apunto a los Caprichos de Goya que, a veces, vienen pintiparados.