dissabte, 5 de maig del 2007

Cuando habla la necedad.

Francamente, me deja perplejo la escandalera que se monta cada vez que el señor Aznar habla en público y dice una de sus habituales necedades. Perplejo. Pero ¿qué esperan? ¿Opiniones sensatas? ¿Juicios profundos? ¿Severas admoniciones? ¿Puntos de vista de algún interés? Y ¿cómo va a decir algo así un hombre que, como ha dejado ya claro desde hace largos años, es un necio engreído? Y cada vez que un necio habla de su Minerva dice eso, necedades. ¿Alguien recuerda algo sensato, de interés, de enjundia, dicho por este hombre que, por lo demás es lenguaraz y parlanchín como una cotorra?

Esas memeces irresponsables sobre el vino y la conducción que producen bochorno forman parte del repertorio de gracietas tontas de este personaje, como el famoso bolígrafo en el escote de la periodista, el "milagro soy yo", la boda en El Escorial, el baile de Macarena con motivo del acto en memoria de Miguel Ángel Blanco y las innumerables bobadas de las ruedas de prensa.

Lo asombroso a mi modesto entender es cómo pudo ser presidente del gobierno de España una persona tan patentemente carente de todas luces y sobrada de mala uva y rencor. A eso es a lo que hay que encontrar una explicación porque se veía venir con toda claridad ya en los años 90, en 1996. Por qué llegó este necio a dónde llegó...para meter al país en una guerra que, entre otras cosas, nos dejó el mayor atentado de nuestra historia entre gracieta y gracieta.