dimarts, 10 d’abril del 2007

El juicio y la conspiración.

Lo sabía, lo sabía. Los de ETA dicen que el 11-M fue un "ataque armado" y ya estaba ayer El Mundo con un editorial en que se leía que:

"Estas palabras no son ni mucho menos la pistola humeante que demuestre la intervención de ETA en el 11-M, pero ponen en evidencia su condición de gran beneficiaria de lo ocurrido. Ninguna investigación policial o judicial debe soslayar la lógica del Cui prodest". Como el juicio del 11-M se ha reanudado y sigue triturando todas las patrañas conspirativas, ya no cabe ni insinuar que ETA fuera la responsable de la masacre. Pero se dice que se ha beneficiado de ella, que es un modo de decir que no fue ETA pero sí fue ETA. ¿Podría alguna de esas lumbreras explicar en qué haya beneficiado a ETA la atrocidad del 11-M?

Ciertamente, sostener que ETA es beneficiaria del 11-m no se tiene de pie, pero sí lo da para seguir enhebrando memeces de la teoría de la conspiración. Léase otro trozo del editorial:

«a lo largo de estos tres años, hemos denunciado el empeño del instructor, la Fiscalía y los mandos policiales en echar tierra encima de cualquier indicio que condujera a la banda. Circunstancias como el robo de un coche en el callejón de Trashorras o la relación de islamistas y etarras en las cárceles se han amortizado sin que nadie haya querido profundizar en ellas. El acoso al que han sido sometidos los peritos que redactaron el informe del ácido bórico revela hasta qué punto Interior ha desatado una caza de brujas contra aquél que relacione a ETA con la masacre».
Es increíble, ¿verdad? Otra vez todos los capítulos de ese ínfimo serial, sin ahorrarnos ni el ácido bórico.
Llegará el final del juicio, los culpables que estén vivos serán condenados, se habrá probado en sede judicial que fue un delito de exclusiva factura islámica y estxs atorrantes seguiran fabulando desaguisados, esparciendo sospechas, deslizando calumnias.

Después de que el supuesto "garganta profunda" haya declarado que jamás dijo al señor Díaz de Mera que hubiera contacto alguno entre islamistas y etarras, resulta evidente que el señor Díaz de Mera mintió en el tribunal. Dado que compareció como testigo y no como acusado, no tenía derecho a mentir y, en consecuencia, sería bueno que el tribunal iniciase los pasos para empapelarlo por falso testimonio, además de por desobediencia cuando el Parlamento Europeo levante la inmunidad.

Pero, vamos, lo sensacional es cómo presenta la crónica del juicio Libertad Digital. Según se van sabiendo más cosas en la sala, van aumentando las dudas del señor Del Pino. A esta paso, sus dudas acabarán teniendo la envergadura de una sequoia. Lo sorprendente en verdad es que haya gente que esté tragándose eso.