Lo que servidor se maliciaba en el post de ayer ha pasado. Como lxs del PP no se fían de las banderas e insignias que lleven sus gentes a la manifa que tienen convocada para el sábado, porque aparecerán las franquistas, las de la Falange y la tradicionalista, han decidido tirar por la calle del medio y decir que en la manifa no habrá banderas. Y, como también tienen miedo a las pancartas que lleven sus seguidores porque puede aparecer algún zumbao con un letrero que diga, por ejemplo, "Zapatero = Belcebú" han decidido que no banderas y no pancartas. No sé si los fascistas y los franquistas aceptarán tanta prohibición, pero está clara la intencionalidad de los jefes del PP: que vengan todxs a la manifa, esto es, fascistas, racistas, meapilas, guerrilleros de Cristo Rey y otros grupos de energúmenos, pero que no traigan sus enseñas. Que se manifiesten y callen que, para hablar ya está el señor Rajoy. ¿Que les parece?
Pero hay un puntito en esa idílica decisión táctica de la derecha en el que no me parece que haya caído nadie. Veamos: ¿no son estxs lxs que decían que estaban orgullosxs de la bandera rojigualda, común, en principio, a todos lxs españolxs? ¿No respondían a la crítica de la izquierda, que les afeaba el uso partidista de los símbolos comunes, diciendo que se animaran a hacer lo mismo y poniendo en duda su patriotismo porque en sus manifas no hubiera banderas nacionales? Desde luego que son. Son lxs mismxs que, sin embargo, han decidido sacrificar la bandera española, de la que tan orgullosxs se sienten, a la conveniencia de que no aparezcan banderas fascistas.Es decir, venden la bandera por un puñado de votos. Esa es exactamente la medida de su "patriotismo".