Se arranca El Mundo" diciendo que lo que hace el PSOE al no permitir que el PP torpedee el Parlamento es "algo políticamente equivalente -y no exageramos un ápice- a lo que practicaban los nazis cuando enclaustraban a los judíos en sus guetos". Y menos mal que no exageran ni un ápice, si llegan a exagerar una miaja dicen que igual que hacían los nazis mandándolos a los campos de exterminio. Lo que, por lo demás, se acercaría más a la realidad histórica que el editorialista de El Mundo ignora ya que los nazis no acostumbraban a enclaustrar en ghettos a los judíos, sino a sacarlos de ellos para ominosos fines.
En perfecta sintonía con El Mundo, como siempre, el señor Rajoy menciona a la otra pata del famoso "Pacto germano-soviético", el siniestro dictador Stalin, padrecito de los pueblos. ¿Quién iba a decirle al "Bobo solemne" que reuniría en su insignificante persona a los manes de dos de los más sanguinarios y terribles dictadores del siglo XX? Cristo, ¡que grandiosa y trágica personalidad!
Sobran ya las contemplaciones, hay que llamar a las cosas por su nombre: si la oposición no puede seguir mareando la perdiz con sus propuestas disparatadas o inútiles, si no puede seguir malgastando la paciencia de sus señorías y el dinero de los contribuyentes, como estuvo haciendo durante años con las patrañas sobre el 11-M, esto no es una democracia, sino una siniestra dictadura en confluencia nazi-comunista. No vean los lectores y el respetable público desmesura alguna en estas palabras; nada, ni un "ápice" de exageración, qué va. Son expresiones ajustadas, moderadas incluso, a la vista de la naturaleza encanallada, vil, rastrera y vendepatrias de los sociatas, sus tontos útiles en el Parlamento y el rebaño de 15 millones de votantes de las demás fuerzas políticas.
A ver, ¿en dónde hay un espadón salvador?