dilluns, 18 de desembre del 2006

Somos los personajes del año.

Eso dice la revista Time, que las de la era de la comunicación y la información somos las personas del año; y sobre todo, supongo yo, las blogueras. Estos de Time muestran buen ojo clínico. El bloguerío es el fenómeno más llamativo de los últimos años. Y si yo tuviera que personalizar ese premio al bloguerx, se lo daría al que posteaba en Bagdad directamente bajo las bombas estadounidenses y, durante unos días/noches, tuvo al mundo informado de lo que pasaba en aquel infierno. Bush y los otros pajarracos que gobiernan en los EEUU pensaron hasta el último detalle para bloquear las informaciones sobre la guerra criminal que se aprestaban a desencadenar: suprimir las emisiones in situ, censurar todo el material gráfico, impedir que apareciera en las cadenas estadounidenses, llevar a los periodistas en las unidades y mantenerlos permanentemente intoxicados. Y todo eso se ha venido abajo gracias a los blogueros y a los teléfonos móviles que hacen fotos que luego se distribuyen por el planeta por medio de la red.

Estamos en la era de la democracia digital. Falta aún tiempo para que se regulen legalmente las cambiantes formas de acción política merced a las nuevas tecnologías, pero esas acciones están de hecho cambiando ya los sistemas políticos. Hoy, las redes blogueras son los mecanismos de acción social más rápidos y contundentes. La blogosfera es un ámbito de información, de debate y, por lo tanto, de decisiones como no ha habido otro jamás. Un ámbito que traspasa todas las barreras y establece una igualdad casi monacal pues cada cual vale tanto como la otra y sólo se diferencian, quizá, en el nick.