dijous, 9 de novembre del 2006

Vale, parece que hemos ganado.

Todos los objetivos cumplidos: 33 gobiernos estatales y la mayoría en las dos cámaras del Congreso es una victoria en toda regla. Todavía anoche estaba el Senado en el alero pero, al final, la rebelión ciudadana se ha materializado. De nada sirvió al señor Bush ese último siniestro gesto de condenar a muerte a Sadam, 48 horas antes de la votación.

Es una victoria para dar saltos de alegría; al menos yo los doy. Casi tanto como Michael Moore que está exultante y ha publicado un montón de fotos de electores que han ido a votar con una escoba (como el chaval de la derecha, aunque él no vote) para barrer a los Bums, así como una carta en la que habla de Landslide, de avalancha. Pues sí, ha sido una avalancha de las que le hacen a uno recuperar la fe en el género humano. Una avalancha para decir "no" a una pandilla de sujetos que ha gobernado el país y, por extensión el mundo, mintiendo, avasallando, ocupando, secuestrando, torturando y vigilando a todo hijo de vecino. El primero que ha entendido el mensaje y ha tomado las de Villadiego ha sido el principal responsable del desastre iraquí.

Hemos pasado unos años duros, también en España que, se quiera o no, ha pagado un precio altísimo por su participación en aquel acto de piratería y abuso internacionales del que ahora el electorado estadounidense se desdice. Unos años en que había que oír a los señores de la guerra y sus voceros transatlánticos hablando de la paz, la democracia, la libertad y los consabidos valores. Eso era lo que decían, pero lo que las gentes veíamos era: una guerra justificada con mentiras; una ocupación desastrosa, trufada de saqueos, torturas y asesinatos; una lucha contra el terrorismo consistente en secuestrar a ciudadanos extranjeros en terceros países, llevarlos a prisiones secretas, torturarlos y, si acaso, juzgarlos luego sin garantías legales en el campo de secuestro de Guantánamo, o bien en vigilar a todos los ciudadanos de los EEUU grabando sus conversaciones o violando su correspondencia sin autorización judicial. Nunca había estado tan bajo el prestigio de los EEUU y, por extensión, el de Occidente.

Estas elecciones legislativas han sido un referéndum sobre la guerra del Irak decididamente negativo para lxs belicosxs. A la izquierda, la congresista Nancy Pelosi, que será la primera mujer que presida la Cámara de Representantes. Pinchando en la imagen se accede al video de sus primeras palabras tras la reelección. Trae subtítulos en italiano porque enlazo con La Repubblica. Lo tiene muy claro esta mujer: hay que cambiar de dirección en Irak y encontrar una solución a la guerra. No es un plano "acabar la guerra", como debiera ser, pero se le va acercando. Estos demócratas son unos blandos, que empezaron apoyando el acto de barbarie y piratería que cometieron los EEUU y el Reino Unido en el Irak, pero están replegándose a tiempo ante la opinión pública. No obstante, debe seguir la presión para que no pasteleen con el Presidente. Si los demócratas hicieran honor a su nombre revocarían de inmediato esa vergonzosa legislación reciente que legaliza la tortura en su país y pondrían un plazo límite para retirar las tropas del Irak. Y si, además de demócratas, fueran radicales (en el sentido de Marx de "ir a la raíz de las cosas"), iniciarían el procedimiento de inhabilitación del señor Bush por high crimes and misdemeanors, según reza la Constitución, uno de los cuales es el abuso de poder, es decir, lo que ha estado haciendo desde que llegó a la Casa Blanca en compañía de sus cómplices.

Luego, ya sería la opinión pública internacional la que debiera pedir que el trío de las Azores, responsable de la masacre continuada en el Irak, comparezca ante un tribunal internacional.