Alguien comparó al comienzo este proceso a Sadam con los de Nurenberg y, efectivamente, tienen notas en común, la más importante de todas, que se trata de casos de la "justicia del vencedor" que nunca, mientras el mundo sea mundo, será justicia, sino algo más parecido a lo que representa Jacques Callot (siglo XVII) en "Ahorcados". Frente a la "justicia del vencedor" sólo cabe invocar el fatídico Vae victis! de los romanos. Vae Sadamis!
Los europeos, compungidos, rezongan que no están de acuerdo con la pena de muerte, pero no cuestionan el proceso judicial por el que se ha llegado a ella. Y, sin embargo, es de risa. Lo primero que han de tener los jueces en cualquier lugar del planeta es independencia y ¿cuál es la independencia de unos jueces que actúan en un país invadido y ocupado por otro? Estos ultraconservadores en el poder en los EEUU no van a dejar hueso sano al orden social que dicen defender. ¿O pretenden decir que, al fin y al cabo, en el Irak no es menester que los jueces sean independientes? Capaces son.