dissabte, 11 de novembre del 2006

EL PROCESO NO PROCEDE.

Al escribir este post, unxs encapuchadxs en Bilbao han intentado quemar vivos a dos policías municipales. Como no lo consiguieron, estxs u otrxs quemaron un contenedor de basura. Hay detenidos. Es estúpido. ¿Cómo no se dan cuenta quienes sean que a más kale borroka menos proceso? A su vez, el señor Otegi propone al Gobierno desactivar la kale borroka (de la que dice no ser responsable) si éste hace lo propio con las fuerzas de seguridad del Estado. El proceso, añade, sigue abierto, pero condenas como la De Juana, lo hacen imposible.

O yo no entiendo nada o este hombre está aquejado de garrulería contradictoria, cosa muy mala si se entiende el proceso de paz como un juego de dos jugadores de suma no cero. A ver cómo vende Otegi al Gobierno la desactivación de algo que no depende de él, puesto que, en caso de no desactivarse, no se le podría hacer responsable, como sí se podría al Gobierno si éste aceptara desactivar la labor policial y tal cosa no se produjera.

Pedir que la policía no actúe en el PV será más o menos osado, pero no es disparatado. Disparatado es instar al Gobierno a intervenir en las decisiones judiciales. La sentencia del caso De Juana puede ser un fallo político e injusto, dictado por unos jueces de ultraderecha (ya hablaremos de eso), pero carece de sentido pedir que el Gobierno ponga remedio. El poder ejecutivo no puede interferir en la actividad del judicial. Si el proceso de paz depende de que el gobierno embride a los jueces, no hay proceso de paz. Otra cosa sería que interviniera el poder legislativo pero eso ya cambia el modelo del juego y obliga a la participación de otro jugador, el PP, que no acepta las reglas y es contrario al juego y al proceso de paz.

Sostengo que lo que sucede es que Batasuna no ha entendido aún la estrategia del otro jugador que, como decía en un post anterior, se basa en la llamada "restricción de alternativas". Hay cosas que el Gobierno no puede hacer, aunque quiera. Paradójicamente, eso da gran fuerza de negociación al jugador que lo esgrime. Lo pintoresco de la situación es que a Batasuna le sucede lo mismo con ETA (me paso al bando de quienes suprimen el artículo; es mi contribución a la concordia, Erra), pero no puede decirlo y ahí está el problema. La posición ganadora es la del Gobierno y seguirá siéndolo mientras Batasuna haya de expresarse con circunloquios y rodeos en lugar de decir que carece de autonomía en ciertos aspectos.

Por eso la posición del Gobierno es ganadora en cualquier supuesto: si el proceso se lleva a término, será una conquista histórica; si se interrumpe argumentará que se interrumpió porque no cedió al chantaje terrorista; y si se eterniza, mientras no haya muertos, el Gobierno no tiene prisa, pero Batasuna, sí, para presentarse a las próximas municipales.

En esas condiciones, creo, lo único sensato es que ETA declare que abandona definitivamente las armas y libere el campo de acción política de Batasuna. No parece tan difícil, francamente.