Y crece y crece. Para hoy hay convocada una concentración de neonazis en Seelow, en el Land Brandenburg para honrar la memoria de los héroes, en honor de los 100.000 muertos de una batalla que se dio en abril de 1945. A su vez, los miembros de la asociación ¡Basta de glorificaciones de los nazis! NS-Verherrlichung stoppen! han convocado a impedir el acto de los neonazis. Y la policía ha tomado posiciones. Puede que no pase nada, puede que haya violencia. Ese es el clima que, manteniéndose, acaba consiguiendo que a la gente se le ponga el brazo como a la izquierda.
Por otro lado, parece que, cuando el camarada Horst Mahler ingresó en prisión para cumplir la pena que tiene impuesta por incitación al odio racial lo hizo brazo en alto, tan campante. El ser humano es un pozo insondable. Este Mahler pasó una docena de años en la cárcel por haber fundado el Grupo del Ejército Rojo (RAF, siglas en alemán; nada que ver con la RAF británica), con un expresivo emblema: una metralleta sobre una estrella de cinco puntas.Tratábase de una organización de intelectuales inquierdistas cuyas ideas sobre la realidad oscilaban entre el delirio y la insania. Su punto fuerte (conceptualmente hablando) era la estrategia. Sostenían que en Alemania Occidental (había entonces dos alemanias y la Occidental era la rica) el proletariado llegaría al poder para establecer el comunismo mediante una insurrección armada que había iniciado el RAF aplicando las tácticas de los guerrilleros tupamaros. Un discurso perfectamente encadenado y lógico...para otro planeta de otra galaxia.
¿En qué se diferencia el pavo que a los treinta y cinco años preparaba la revolución proletaria a tiro limpio del que a los setenta quiere establecer un Estado socialista de pureza racial? Sencillo: al primero no le hacía caso nadie; el segundo tiene muchos seguidores entre jóvenes, estudiantes, parados, trabajadores poco cualificados...
El reptil crece y crece.