diumenge, 29 d’octubre del 2006

PACIFICANDO A TIROS.

Cada vez está más claro: además de ser un camino largo, tortuoso y difícil, como anunciaba el señor Rodríguez Zapatero en tonos churchillianos, el proceso de paz es un juego de suma no cero (las dos partes pueden ganar y pueden perder) jugado como una partida de poker. Faroles, envites, cara de palo. El señor Otegi (en una foto muy expresiva de hace unos años) plantea la revocación de una ley del Parlamento, exige del gobierno que pare la acción judicial en contra de la ETA y cancele procesos, como el que se le sigue a él. Ésta sí que me parece una prueba fehaciente de la conexión entre Batasuna y la ETA: la sintonía de sinrazones. La ETA se pasó años sosteniendo que, tras la muerte de Franco, en España no había cambiado nada, y siguió pidiendo una interlocución política con el ejército, al que, en un alarde de perspicacia, juzgaba verdadero gobierno del país.

Al señor Otegi le pasa algo parecido: ignora que España es un Estado de derecho y que, en los Estados de derecho, los jueces no están sometidos al gobierno. Admito que lo de activar o desactivar una norma parlamentaria es algo distinto. Pero no muy distinto. Derogar la ley de partidos tiene un coste electoral altísimo para el PSOE y, en definitiva para Batasuna. Lo dicho: suma no cero, los dos pueden perder. A la vuelta de un año y medio los abertzales podrían encontrarse negociando con el PP lo que, en principio, no es buen asunto. Claro que, como en política todo es posible, podría pasar que un PP que hubiera ganado las elecciones con un programa de no negociación, la abriera de nuevo. Quienes trataron a la ETA de "Movimiento vasco de liberación" podrían volver a hacerlo.

Lo que sigo sin entender es el robo de pistolas y revólveres. Resulta inverosímil que la ETA crea mostrar su anhelo de paz y negociación a base de robar revólveres, salvo que quiera hacer honor al sobrenombre del famoso Colt 45 (en la foto), con el que se conquistó el Oeste: The Peacemaker, "el pacificador". Pacificar el País Vasco o Euskal Herria repartiendo Peacemakers entre la alegre muchachada de la "kale borroca" es una idea, mira tú.

Tiene gracia ver a las señoras Gotzone Mora y Rosa Díez largando contra el partido en cuyas listas militan y han sido elegidas. El señor Rodríguez Ibarra pide a doña Rosa Díez que devuelva su acta de eurodiputada, supongo que "por coherencia", que es lo que se dice en estos casos. Pero es pintoresco que el señor Ibarra quiera la dimisión de la señora Díez cuando ésta se limita a decir básicamente lo mismo que dice el señor Ibarra, con algo más de contundencia, pero lo mismo. Y en el mismo sitio.