A medida que pasan los días, las semanas, los meses, el ambiente que rodea al llamado "proceso de paz" se va cargando, como en los garitos de juego. Pues si el asunto es interpretable en los términos friamente racionales de la teoría de juegos, también lo es en los muy humanos y literarios de los tugurios, donde las gentes se apuestan su hacienda entre tahúres.
La decisión del gobierno de proceder mediante un "apagón informativo" ha disparado la rumorología. No es infrecuente que, cuando el Estado o el gobierno del momento toman una medida, los resultados sean distintos de los auspiciados, incluso contrarios a ellos. La incompetencia estatal es uno de los motivos favoritos de la derecha en su crítica al Estado intervencionista. ¿Que el estado decide fijar el precio de la moneda con independencia del del mercado? Surge el mercado negro. ¿Que el Estado quiere fijar los precios, como hizo Tiberio con el famoso Edictum de pretiis rerum venalium del siglo III, para evitar la inflación? Se deprecia el dinero. ¿Que el Estado no quiere que corran rumores sobre sus actividades? El foro se llena de primicias y todo el mundo está enteradísimo de lo que se trama entre los bastidores del poder.
El Confidencial Digital dice saber de muy buena tinta que, para fines de octubre, la ETA declarará un alto el fuego irreversible. Por no hablar del abandono de las armas. ¿Sus fuentes? Personas cercanas al señor Rodríguez Zapatero. Algo así como el vuelo de las aves o el oráculo de Delfos. En algún sitio he leído que el señor Madrazo afirma que "haberlas, haylas", esto es, conversaciones "técnicas" entre el gobierno y la ETA y es de suponer que el señor Madrazo esté mejor informado al respecto.
Un alto el fuego definitivo e irreversible sería el notición de la temporada y algo que, como han venido dándose las cosas, debe de poner los pelos de punta a los dirigentes del PP que, todavía en los controles al gobierno de ayer, tanto en el Congreso como en el Senado, decían cosas atroces al presidente del Gobierno. En el Congreso, el señor Rajoy le acusaba de "rendir el Estado" ante la ETA y en el Senado, el señor García Escudero, de negociar con la ETA mientras esta asesinaba al socialista Pagazaurtundua. Ambos podían haberle mentado a la madre, pero se abstuvieron, a fuer de elegantes.
En ese clima de guante de cabritilla y cortesía versallesca, el anuncio de un abandono de las armas de la ETA desmantelaría la táctica del PP de forzar una ruptura de las negociaciones (que, en principio, aún no han empezado) y lo obligaría a enfangarse más en las acusaciones sin pruebas sosteniendo quizá que el Gobierno haya pagado un precio secreto por ello, seguramente la desmembración de España o la derrota del Estado o ambas. Con su actitud obstruccionista, la derecha puede acabar provocando lo que no le interesa que suceda, esto es, que se llegue al fin del llamado "problema vasco" con un gobierno del PSOE y que, además, se llegue gratis.
En todo caso, el hipotético fin de la violencia en el PV (que viene acompañado de su "internacionalización" en el Parlamento Europeo) se traduciría de inmediato en una complicación considerable del debate político en la comunidad autónoma porque posibilitaría la formación de una coalición nacionalista que puede ser mayoritaria. Por poner un único ejemplo "en ausencia de toda violencia", como suelen decir los documentos de ese conflicto: qué pasaría si Batasuna no se legaliza pero sus candidatos van en las listas del PNV y el electorado de la izquierda abertzale las vota?
LA ROSA DE LA DISCORDIA
Esa tensa y compleja circunstancia hace que se produzcan momentos de gran riqueza humana, como el protagonizado por la eurodiputada del PSOE/PSE, Rosa Díez, exconsejera de los gobiernos vascos de coalición PNV-PSE/PSOE y actual elemento díscolo en el partido. El enfrentamiento agudo que opone a la eurodiputada a la política del PSOE en el PV exaspera a muchos que dicen que la señora Díez, que tiene un blog alojado en la página de Basta ya, debiera abandonar su escaño y su partido y darse de alta en el PP.
No me lo parece. Como la señora Díez hay muchos otros en el PSOE, que comparten su opinión por entero (la señora Gotzone Mora, por ej.) o en parte (los señores Ibarra, Bono, Vázquez), con lo que no está la cosa para expulsiones. Lo que queda por ver es si consiguen convencer a su partido, algo muy difícil, por no decir imposible.
Entretanto, la actitud de Rosa Díez, Gotzone Mora y otros favorece mucho al PSOE, de cuyo pluralismo interno dan fe estos conflictos. Conflictos impensables en cualquier otro partido.