No soy espectador de ningún deporte. Practico uno, el frontón, con asiduidad y otros, como la natación o el senderismo, más esporádicamente. Poca base para arrebatarse con los éxitos y/o los fracasos de unas o otras selecciones. Me parece que la pretensión de selecciones nacionales catalana y vasca (como el dominio cat. en la red) tiende a disgregar la nación española. Pero, si ambas comunidades se empeñan en tenerlas, acabarán consiguiéndolas, como también las tienen Escocia y Gales. En todo caso, es algo de lo que se puede hablar civilizadamente.
Sin embargo, el spot televisivo en pro de la selección catalana, que está en You Tube, no me parece aceptable. El Consejo Audiovisual Catalán va a ocuparse del asunto, mientras el PP y el partido Ciutadans sueltan rayos y truenos hablando de un spot de xenofobia y cosas así. A mi modesto entender, el spot no es aceptable porque instrumentaliza niños. Pero es que tampoco me parecería admisible si el enfrentamiento lo protagonizaran adultos, aunque no tuviera problemas de legalidad. No me convence la propaganda política negativa basada en subrayar los enfrentamientos y hacer hincapié en ellos.
Confío en que los nacionalistas catalanes encuentren métodos más constructivos de argumentar sus peticiones, algo con lo que todos salgan ganando. Por ejemplo, ayudar a buscar un nombre para lo que quede de la selección nacional sin catalanes y, eventualmente si algún otro, como los vascos y los gallegos. Un nombre que no puede ser "resto de España" que, aunque divertido, no es viable. Por mi parte, no veo dificultad en tener una selección española compitiendo con una catalana o una vasca. Ya se sabe que en esos combates se encienden muchas pasiones nacionalistas e identitarias, pero es que lo mismo sucede ahora. El Barça y el Madrí son la trasposición al terreno del deporte de la leyenda de los dos Españas. Pues si en el deporte también hay dos o más Españas, que cada una se llame como quiera.
Yo no, y explicaré porqué. Si los artistas, los intelectuales, quieren tener relevancia pública, se encontrarán metidos de lleno en la brega política. Si no lo quieren, si valoran más el sosiego y el aislamiento de la actividad creadora, pueden retirarse a la torre de marfil. Barricada o torre de marfil. Flaubert o Sartre. Pero no las dos cosas a la vez, lo que algunos intentan, generalmente con resultados catastróficos: incidir en la vida pública y estar au dessus de la mêlée. Que es, me parece, lo que quería la señora Lindo. El asunto no tiene nada que ver con el del señor Rubianes, así que la consigna "todos somos Elvira Lindo" de Ciutadans desbarra. A aquel le montaron un pollo por unas afirmaciones hechas en otra parte y en otro menester. A la señora Lindo se lo han montado por lo dicho (el cómo de lo dicho) en el lugar de los hechos.
¿Ignora alguien que es tradición aprovechar las fiestas y efemérides de carácter local en España para sacar a pasear la bandera y todos los posibles símbolos indentitarios de la patria chica, la grande, la región, la nacionalidad, el reino o la nación (táchese lo que no proceda)? En el retablo gótico de Marçal de Sax (Museo Victoria y Albert), hacia 1400, ya sale la Señera en la gualdrapa del caballo de Jaume I el Conquistador, flanqueado por San Jorge, quizá en la batalla del Puig de Santa Maria. Los catalanes tienen una larga tradición de identificación con sus símbolos nacionales. Y la lengua es el más poderoso. No es posible ignorar todo eso, y más si se trata de una persona que está en contacto con las élites intelectuales y políticas del país. De forma que, como no es cosa de pensar que la señora Lindo fuera a pronunciar el pregón de La Mercé en español para fastidiar, habrá que concluir que lo hizo de modo precipitado e irreflexivo, o por vanidad.
Las explicaciones algo confundidas de la interesada son muy características: que ella no representa a nadie, sino sólo a sí misma. Según leo en el Avui (dejo el enlace, pero ya no sale la noticia, por si alguien sabe buscarla), fue el alcalde Clos, quien, en un viaje de visita al Instituto Cervantes en Nueva York, cuyo director era entonces el marido de la señora Lindo, la invitó a leer el pregón. Eso no es representarse a sí misma.
Tampoco la explicación del señor Muñoz Molina es muy atinada. Dice que se ha hecho un asunto político de algo con lo que su señora no tiene nada que ver. Pero es que el asunto es político de raíz y su señora es una pieza esencial en él. Si uno interviene en un conflicto que uno dice no ser suyo del lado de una de las partes, lo normal es que la otra se rebote. Ese pregón debió hacerse en catalán, pero supongo que la señora Lindo no se sentía segura de su pronunciación.