dijous, 21 de setembre del 2006

DE HORA BUENA

LA VERDAD Y LA JUSTICIA.

Aplausos fervorosos a Sus Señorías. Por fin el Parlamento se ha sacudido el miedo a la calle (por llamar algo relativamente inocuo a esa barahúnda de desaprensivos que tienen como negocio emponzoñar la vida pública) y ha adoptado una actitud a la altura de su función. Ese ¡basta ya! que han lanzado todos los grupos parlamentarios menos el de menos es un toque de clarín y, por lo que respecta a la recuperación de la dignidad ciudadana, equivalente al momento que retrata en alegoría Jacques Réattu en 1794, El triunfo de la libertad. El impulsivo pintor de Arles representa el paso augusto de la Libertad, seguida de la Justicia y precedida por Palas Atenea y Hércules, que combaten a las siniestras fuerzas del mal y de la tiranía. Una figura prometeica y angélica aparta las nubes y la luz de la gloria baña a la del gorro frigio.

Es ditirámbico lo que digo, lo sé, pero no encuentro otro modo de traducir el alivio que siente uno cuando ve que, por fin, los representantes de la nación plantan cara a un puñado de filibusteros que, con ayuda de potentes medios de comunicación, agreden, insultan, vociferan, cuestionan la convivencia civilizada entre las gentes, desprestigian a las instituciones y deslegitiman a las magistraturas del Estado en un clima irrespirable de acoso y violencia verbal. Un ¡basta ya! que no necesita ilegalizar ni censurar nada, pero sí muestra, con temple moral, en dónde reside la sensatez del acuerdo sobre las reglas del juego y en dónde están quienes se benefician (o creen beneficiarse) torpedeándolas sistemáticamente.

El Parlamento ha personificado la grandeza de la democracia y el Estado de derecho que deja al descubierto la estambre de quienes no los quieren. Al mismo tiempo, tranquiliza a los ciudadanos, a los que representa, que ven que la vida pública nacional no es un patio de Monipodio en el que todo valga. Que no están a merced de unos sujetos que quieren obligar al país a vivir pendiente de una ristra de insensatas patrañas, montada para aumentar la difusión o audiencia de los medios, para sacarse la espina de un fracaso de dimensiones ciclópeas o por alguna otra razón de tal jaez. Sea por lo que sea, dudo de que haya precedente alguno de este intento de convencer a millones de personas de que lo blanco es negro, la guerra paz y la mentira verdad. Santo Orwell del alma.

Claro que lo entretenido será ahora escuchar las interpretaciones que de este gesto histórico de Sus Señorías hagan los filibusteros. (De "bandoleros" suele hablarse en el blog de Manuel Rico, que es estupendo). ¡El Parlamento todo (menos los últimos de Filipinas) genuflexo ante Polanco! Ya daban una pista las primeras de los periódicos digitales de la Capital ayer al filo de la medianoche. Mientras El País titulaba bien arriba "Los partidos pactan oponerse a cualquier iniciativa del PP que 'desprestigie las instituciones'", El Mundo llevaba la noticia abajo y decía: "Todos los partidos se alían para bloquear al PP en los temas del 11-M". Por su parte, La Razón, haciendo eco al jefe, titulaba también en lugar modesto: "Todos los partidos bloquearán cualquier iniciativa parlamentaria del PP sobre el 11-M" y ABC, fiel a la esencia, pero desmarcándose ligeramente del filibusterismo: "Todos los partidos se unen para criticar al PP y sus dudas sobre la investigación del 11-M". Si alguien quiere poner un ejercicio práctico sobre las relaciones entre información y opinión, éste es un buen ejemplo. Obsérvese el uso subconscientemente unánime del adjetivo todos en los medios de la derecha, ausente en el texto de El País. Ahí les duele.

Lo dicho, Señorías, aplausos.


FATHERHOOD AT WHAT?

Tengo noticia de un periodista británico, muy conocido por ser corresponsal de guerra e ir de peligro en peligro, que está encantado de la vida por haber sido padre a los sesenta años. No puedo dar la referencia porque la he perdido, no sé cómo se llama el hombre, y por Fatherhood at Sixty, que es el título del artículo que le he leído, en ggl no me sale nada. Una pena porque tiene gracia lo que dice. Al menos, yo se la encuentro porque estoy en su misma situación y entiendo bien la euforia que invade al amigo. Aunque, por tener una inclinación más sociológica, pienso que tampoco es para tanta alharaca. Al prolongarse la esperanza de vida, la cantidad de padres sexagenarios empieza a ser una magnitud significativa.

En todo caso, a mí, como al periodista, me fascina el asunto. El otro día hicimos una pequeña excursión con el niño, que tiene un año y días, a Valverde de los Arroyos en la zona de Ayllón, Guadalajara. Valverde es un pueblo muy bonito. Desde él hay un sendero como de dos o tres Kms (mi capacidad de juzgar distancias a ojo es inexistente) que lleva a la diminuta cascada llamada Despeñalagua, si bien la gente, siempre más realista, le llama la chorrera; y eso cuando trae agua porque, ahora, con la sequía, anda la chorrera exangüe. Aun así, también es bonita. Nos hicimos unas fotos. Aquí vemos a Ramoncín con su madre. Como estábamos solos, no encontramos ningún turista que nos fotografiara al completo, así que el que quiera ver a servidor con el niño, a su vez, que pinche aquí. La pared trasera brilla porque es de piedra pizarrosa.