El señor Aznar acaba de publicar un artículo sobre Bush en el periódico francés de derechas Le Figaro titulado Ce que nous devons à George W. Bush que es una especie de balance de despedida y la pieza de retórica más estúpida que he leído en mi vida. Ahora bien, la pregunta no es ¿por qué ha escrito algo así? ya que la respuesta es obvia: porque no da para más. La pregunta es ¿por qué lo ha publicado en un periódico extranjero privando a sus órganos de expresión nacionales (por ejemplo, El Mundo o Libertad Digital) de tan suculenta primicia? Ahí la respuesta es más compleja y requiere algo de explicación.
El artículo tiene 859 palabras entre las cuales la de libertad aparece 21 veces, 24 si añadimos las formas pronominales. Esa palabra es la llave maestra del contenido de este conjunto de necedades. Los genios neocons de FAES (el lugar en donde se concentran todos los que piensan en el PP que caben en un ascensor) han explicado a su jefe que siempre que hable tiene que mencionar su defensa de los valores y, a ser posible, identificar algunos. Al hombre sólo se le ocurre uno, libertad, pero ese lo repite 24 veces en 67 líneas. Las 835 palabras restantes están de adorno y, aunque no signifiquen nada no importa. Lo esencial es que el lector se empape de que la derecha, el señor Aznar, el señor Bush, defienden la libertad, razón por la cual emplea su nombre sin parar. Me recuerda uno de los cuentos de Peter Bichsel en Historias de niños, llamada Onkel Jodok ("El tío Jodok") en el que su abuelo sólo habla de un supuesto antepasado imaginario llamado Jodok y tanto insiste en hacerlo que al final únicamente pronuncia esa palabra y construye frases como: "Der Jodok des Jodoks, Jodok Jodok, und sein Jodok, Jodok Jodok, waren auf dem Jodok tot", que traducido al castellano sería: "El Jodok del Jodok, Jodok Jodok y su Jodok, Jodok, Jodok, quedaron muertos en el Jodok". El señor Aznar, que no tiene grandes luces, igual. Su libertad es el Jodok de Bichsel.
Aparte de eso todo el mundo sabe y el señor Aznar no puede no saber que todo el mundo sabe que lo que el señor Bush ha hecho por la libertad durante su mandato ha sido:
Secuestrar a cientos de extranjeros en Guantánamo sin juicio ni garantías procesales ni derechos civiles algunos.
Torturar prisioneros en Abu Ghraib y otros centros de detención.
Imponer legislación que legaliza el uso de la tortura en los interrogatorios.
Secuestrar ciudadanos de terceros países y encerrarlos en cárceles secretas distribuidas por el mundo para que los torturen.
Prohibir que los medios de comunicación informen sobre la guerra en el Irak salvo en el términos que autorice el Pentágono.
Imponer la censura.
Poner en marcha un vasto plan de espionaje y escuchas telefónicas a los ciudadanos privados.
Suprimir el secreto de la correspondencia en los EEUU.
Implantar los procedimientos más abusivos de información sobre quienes deseen entrar en los EEUU aunque sea de visita.
De haber metido al país en una guerra ilegal, de pillaje y genocidio de la que no sabe salir; de haber empantanado el Próximo Oriente; de haber aumentado la amenaza terrorista en el mundo entero y de haber provocado la más grave crisis financiera del capitalismo mundial ya no hace falta ni hablar ni al vasallo señor Aznar se le ocurre pergeñar una defensa en esos territorios. A él le ha dicho su jefe que se concentre en Jodok, en la libertad y hace así verdad el viejo refrán de "dime de qué presumes...".
Y al historial antedicho llama el señor Aznar el "valioso legado de la libertad" que nos ha dejado Bush. Vamos a admitir que la particular cortedad mental del autor explique parte de la obvia disonancia entre lo que Bush ha hecho y lo que él dice que representa. Parte, pero no todo. Hasta un hombre tan insensible como Aznar tiene que darse cuenta de que su alegato suena como un trozo de propaganda Orwelliana según la cual, como se sabe, la paz es la guerra, la verdad la mentira y..., claro, la libertad es Bush. Hasta él tiene que darse cuenta.
Por eso no se ha atrevido a publicar el artículo en España (esta es la explicación prometida) y lo ha hecho en Francia en la esperanza de que lo que se filtrara en España fueran solamente los resúmenes de prensa (que es lo que ha pasado) para que no saltara demasiado a la vista su lamentable misión de correveidile del señor Murdoch que es quien le paga por estos servicios. Espero que le pague bien; lo suficiente para acallar su conciencia.
Perdóneseme que me plantee por enésima vez una pregunta a la que no he encontrado respuesta aún: ¿cómo fue posible que una persona así llegara a presidente del Gobierno de España?
(La imagen es una foto de L y J, bajo licencia de Creative Commons).