dijous, 11 de gener del 2007

Para después de la manifa.

Si yo fuera etarra estaría tronchándome de risa viendo el cisco que tienen montado los partidos españoles y algunos vascos. "Estos gorrinos", diría a mis conmilitones, "no son capaces de unirse ni contra el enemigo común". Y tendría razón. La línea divisoria de la política española se llama "País Vasco". Mas divisoria cuando gobierna el PSOE que cuando gobierna el PP, pero divisoria, al fin y al cabo. Probablemente no tiene sentido recordar aquí que, estando en la oposición, el PSOE ha apoyado siempre al Gobierno en cosas de terrorismo en el PV. Es más, recuerdo que, cuando los socialistas rompieron el acuerdo de gobierno que tenía con el PNV en Euskadi a causa del pacto de Lizarra/Estella, Aznar los llamó "irresponsables".

Tampoco, creo, merece la pena recordar que, cuando hubo momentos en que se necesitaban manifestaciones unitarias, el PSOE acudió a ellas estando en la oposición y aun discrepando profundamente de muchos asuntos. Por ejemplo, a raíz de los atentados del 11 - m, el gobierno del señor Aznar convocó una manifa para el 12 de marzo bajo el lema Con las víctimas, con la Constitución, por la derrota del terrorismo que, evidentemente, daba por sentada la autoría etarra de la monstruosidad, los socialistas fueron. Sin poner condiciones.

Ahora resulta que, para acudir a una manifestación unitaria, la oposición pone condiciones y se retira al Aventino, presa de la indignación. Dice el señor Rajoy que no va a la manifa porque genera "división" y "siembra confusión" y, para demostrarlo, se divide. Pero esto tampoco es interesante. Si la derecha no va, irá la izquierda. Al fin y al cabo, a las manifas de la derecha no iba la izquierda. Claro que aquellas no eran unitarias, mientras que ésta sí ha pretendido serlo. Si no lo es, no es por culpa de los organizadores. O sea, manifa de la izquierda. Y no sé si de toda. Ya empiezo a oír voces de la supuesta izquierda "extrema" diciendo que es una manifa ad maiorem gloriam Zapateri y que no hay que ir. Dentro de Comisiones Obreras también parece que hay división. Y el señor Fidalgo dice que se queda en su casa. Pues es una pena, porque abulta mucho.

Ya lo estoy viendo, al final acaba yendo sola la izquierda democrática, que es a la que todo el mundo odia, la derecha, la extrema izquierda y los nacionalismos. Y por cierto, todo este clima de división y enzarzamiento es para generar inseguridad, alarma, miedo. Esperemos que la cosa sea pacífica. Ya pinta mal que desde la COPE se haya amenazado a los ecuatorianos con que se atengan a las consecuencias en las Comunidades Autónomas donde gobierna el PP y aquellos se concentran. Lo dice El Plural que narra también las reacciones. Me recuerda lo de "Que te dé de comer la República" de los señoritos de siempre. En fin, que habrá manifa, será de izquierdas democráticas (los tradicionales paganos de estas broncas) y que habrá bastante apoyo al Gobierno. ¿Por qué no? Es el Gobierno legítimo de España; ha intentado de buena fe conseguir el fin de la violencia; no lo ha conseguido. Como tampoco lo consiguieron González ni Aznar.

Ahora, cruz y raya. ¿Que el lema de la convocatoria es esto o lo otro? Que si el manifiesto no dice lo que yo quiero. Hágase la manifa, sea unitaria, con el lema más genérico posible, sin que nadie quiera imponer nada, si no puede hacerse unitaria, hágase de la izquierda y, en efecto, cruz y raya.

Porque mañana empieza el día después. El día del ¿y ahora, qué? Me parece que la propuesta etarra, secundada, claro, por Batasuna y con simpatías más o menos confesas en muchos otros lugares de que la tregua sigue y aquí no ha pasado nada no es de recibo. Lo suyo es dar por muerto y enterrado este proceso de paz y pararse ahora a considerar qué se hace. En el PP dirán: nada que pensar; se rompe todo contacto con la banda terrorista y se aplica estrictamente la ley y la Constitución en el País Vasco. Quizá quepa decir que eso es lo que se está haciendo. Y también a esto se puede responder, sobre todo desde el PP, aplicarlas con toda contundencia.

Vamos allá. Fernando Savater publicaba ayer un artículo en El País (no pongo enlace porque es de pago), muy brillante y muy contundente, cuya tesis principal venía a ser que se suspenda la autonomía en el País Vasco, como hizo Tony Blair con la de Irlanda. Mira por donde, es una propuesta. Una propuesta que yo podría suscribir, sí señor. ¿Cómo? ¿Suscribirías tú la suspensión de la autonomía en el PV, tú que eres partidario del derecho de autodeterminación de los vascos? Repito, sí, señor, sin dudarlo ni un minuto...con las consideraciones que haré a continuación. En primer lugar quede claro que soy partidario del derecho de autodeterminación de los pueblos de España en condiciones de ausencia de violencia y no de una ausencia reciente y de poca duración, sino de una ausencia de años, para que pueda restablecerse un clima de seguridad en la sociedad vasca que hoy por hoy no hay. Si hay violencia, es claro que ese debate se cierra y los partidarios de la autodeterminación tenemos que callarnos porque somos más partidarios de la vida humana.

Dicho lo cual, voy a la propuesta del señor Savater de suspensión de la autonomía. Los males que la actual situación está creando en la sociedad vasca son descritos por el autor con un grado de realismo que sobrecoge el ánimo al ver qué encanallada puede vivir una sociedad sometida al miedo de minorías violentas. La espiral del silencio llevada a su última manifestación, el tiro en la nuca, la quema de tu casa, el vilipendio de tus familiares. Situaciones atroces. Los partidos españoles no encuentran gente que quiera ir en sus listas. No me extraña, dado que, si lo hacen, corren serio peligro de muerte. Ciertamente, nada de eso es de recibo. La pregunta a continuación es: ¿cree que va a resolver la situación con la suspensión de la autonomía? Porque esa no es una idea que no se le haya ocurrido a nadie, cuando la posibilidad existe en la Constitución Española, en una especie de "vía suave" (art. 155, de "intervención" de la autonomía) y otra más "fuerte" (art. 116, estados de alarma, excepción y sitio); al contrario, se ha barajado, pero siempre se ha pensado que sería peor el remedio que la enfermedad ya que el problema de un estado excepcional es que tiene un plazo y nada garantiza que la comunidad no vuelva a las andadas pasado el plazo. Franco decretó un estado de excepción tras otro, sobre todo en Gipuzkoa y Bizkaia y eso no sirvió de nada. ¿De dónde se sigue que éste sí? Insisto, me apunto: suspensión de la autonomía de la CAV Pero ¿sabemos bien en dónde nos metemos? Supongamos que la suspensión se hace al amparo del artículo 155 CE y que el Tribunal Constitucional la da por buena (porque, imagino, sería impugnada de inmediato), exactamente, la suspensión consistiría ¿en qué? y ¿por cuánto tiempo? El artículo 155 no es muy específico y se limita a decir que habrá "cumplimiento forzoso de las obligaciones que la Constitución y las leyes imponen" y protección del interés general. ¿Significa esto que ha de volver la Policía Nacional al País Vasco para garantizar el "cumplimiento forzoso"?

Podemos ir, incluso, más allá. No es inimaginable una posible instauración del estado de excepción en el PV, en aplicación del art. 116 de la CE en relación con la Ley 4/1981, de 1 de junio, de los estados de alarma, excepción y sitio. Conviene saber que la excepción implica suspensión de garantías procesales y varios derechos fundamentales como libertad de circulación, inviolabilidad del domicilio, etc. Lo que supone habitualmente un estado de excepción. De acuerdo. El problema es que estos estados están limitados en el tiempo: 30 días prorrogables por otros 30. Y luego, ¿qué? Es poco probable que el problema se haya resuelto en 60 días. Puede entonces recurrirse al estado de sitio, de duración libremente fijada por el Parlamento, y a hacerla indefinida, ¿por qué no? El estado de sitio implica en buena medida, la militarización del conflicto, que era lo que quería ETA en sus mismos comienzos.

Suspensión de la autonomía significa ¿qué? ¿Cese de publicaciones? ¿Censura? ¿Cierre der las ikastolas? ¿Intervención de los medios de comunicación?

Quienes sostenemos el derecho de autodeterminación y hemos creído de buena fe en el proceso de paz (o como quieran llamarlo), nos hemos visto engañados por la locura etarra. Así que ahora decimos que ni tregua ni naranjas de la China: si ETA quiere hablar, que empiece por deponer las armas y entregarlas. Es más, si me dicen que si apoyo un estado de suspensión (una excepción de hecho en el PV), pareciéndome inútil, la apoyo...con una condición: que le pongan un plazo. Y, pasado ese plazo sin que el conflicto se haya resuelto (que no se resolverá), se intente con nuestra propuesta, esto es, reconocimiento del derecho de autodeterminación. Porque de alguna forma habrá que resolver este conflicto, contencioso, problema o como quieran llamarlo quienes, contra toda evidencia, se obstinan en negarlo.