De disparate en disparate. ¡Y quieren acabar con la "leyenda negra"! No se dan cuenta de que esta farsa judicial, esta causa inquisitorial contra el independentismo la confirma porque lo trata como una herejía.
Que este juicio es una aberración jurídica lo han dicho eminentes juristas y vienen a corrobarlo los tribunales de diversos países europeos. Una aberración por la forma y por el fondo. Y lo inaceptable no es la demasía de la penas, que es mucha; ni el hecho de que no se puedan probar los delitos por no concurrir los requisitos. Lo inaceptable es la causa en sí.
Una justicia politizada, desacreditada, clientelar y en nada independiente somete a proceso inquisitorial una ideología desde otra. A instancias y bajo presión de un gobierno del PP, secundado luego a pies juntilla por otro del PSOE.
Aquí hay unas gentes y partidos que han malversado miles de millones y se han apropiado cientos para sus francachelas personales y están siendo procesadas y condenadas por ello. Esas mismas instan desde el poder un proceso ideológico disfrazado de malversación contra unos políticos que, si acaso, habrán empleado fondos públicos para fines públicos, controvertidos, pero no delictivos; porque, se pongan como se pongan, votar no es delito.
La derecha exige penas más duras y pide la ilegalización de las organizaciones independentistas, la ilegalización de más de media Catalunya. Y hace bien, dado que los jueces consideran que el independentismo es un delito.
¿A dónde creen que van a llegar hundiendo aun más el Estado de derecho y llamando justicia a la justicia del enemigo?