Ahí queda eso, irresponsables. Los partidos independentistas ¿son como el rey, irresponsables? Pues más o menos. Si el rey (los dioses lo impidan) cometiere un delito no respondería por él. Vaya. Y ¿qué delito habrán cometido los indepes para alcanzar la beatífica pero muy reprobable condición de irresponsables?
Negarse a aprobar a Sánchez sus presupuestos. A Sánchez y a Iglesias aunque este, tras su peregrinación a Lledoners, haya reaccionado con menos iracundia que su aliado y hasta parezca resignarse a unas elecciones anticipadas que para él pintan mal.
Y ¿negarse a aprobar los PGE de Sánchez es delito? Desde el punto de vista de Sánchez y los suyos, sí; desde el punto de vista del código penal, no. Así que, de irresponsables, nada.
Bueno, razonan las preclaras mentes monclovitas, no se trata de la irresponsabilidad penal, sino de la psicológica. Los indepes son irresponsables en el sentido en que se dice que un niño travieso o un adulto tocado son irresponsables.
Es diplomacia de Estado. Los indepes pueden elegir libremente entre ser tratados como delincuentes, como niños o como locos. Se llama libertad de elección y es la base misma del neoliberalismo, no crean.
Que un partido lleve más de veinte años funcionando como una organización criminal; que otro partido lleve otros tantos funcionando localmente como banda institucional al estilo del viejo PRI; que la casa real esté hasta las cejas de corrupción pero los tres partidos dinásticos, PP, PSOE y C's impidan que se nombre una comisión de investigación; que la Iglesia se haya apropiado fraudulentamente de propiedades que exceden en mucho su riqueza antes de la primera desamortización; que los tribunales de justicia, del primero al último, den un espectáculo de incompetencia, iniquidad y ridículo; que la vicepresidenta del gobierno diga que la democracia española está entre las más reputadas del mundo teniendo presos políticos y los niegue llamándolos delincuentes...
Eso ¿no es irresponsabilidad?
Eso ¿no es irresponsabilidad?
Para el independentismo catalán los avatares del Parlamento español tienen una importancia secundaria, pero serían verdaderamente irresponsables en todos los sentidos imaginables si aprobaran unos presupuestos para continuar con semejante desbarajuste. Aquí los únicos responsables son los/las indepes catalanes; lo son psicológicamente pues saben lo que hacen y políticamente pues rinden cuentas ante su electorado y aplican su mandato.