Por fin España sale del franquismo y se abre a la historia gracias a Cataluña. A la historia presente, del mundo de hoy, en el que
- los políticos no se dedican sistemáticamente a robar y mentir.
- los corruptos dimiten y van a la cárcel.
- los tribunales de justicia no están al servicio del poder político.
- Este no persigue penalmente a sus adversarios.
- Ni los amenaza
- Ni los apalea
- Los medios de comunicación no están todos también al servicio del poder económico y su excrecencia política.
- Donde la Iglesia no es un Estado dentro del Estado, plena de privilegios.
- Donde no se castiga con prisión el ejercicio del derecho a decidir de los pueblos.
- Ni se niega a las naciones el derecho a llamarse naciones y actuar como tales.
Un mundo normal, no el de la Marca España, que ha visto cómo fracasaba entre la general irrisión y cómo, además, perdía la joya de la corona más preciada de esta: la República Catalana independiente.
Estas elecciones han construido Cataluña y destruido España. Últimos hitos:
- El triunfo moral ha sido doble del material porque las elecciones, sobre ilegales e ilegítimas han sido una vergüenza desde el punto de vista del fair play. Con varios candidatos en prisión, privados arbitrariamente del ejercicio de su derecho de sufragio pasivo y activo. Unas elecciones en los que todos han jugado sucio, el Estado, la Iglesia, los partidos unionistas, especialmente los del 155, los medios de comunicación y la sedicente izquierda española.
- Y una victoria incuestionable, nítida, en votos y escaños, con una participación sin precedentes. El 21D ha sido una repetición del 1/O y ambos se refuerzan mutuamente en legitimidad. La prueba de la rotunda victoria indepe es que la Iglesia ya ha cambiado de bando y ahora pide a la nueva autoridad "respeto para la libertad religiosa" y algún dinerillo, supongo.
- La señora Arrimadas ha celebrado el hecho aritmético de ser el partido más votado como si fuera el mandato de los dioses. Probablemente en sintonía con esa célebre y machacona fórmula de M. Rajoy de que gobierne el partido más votado. O sea, lo que hace él, gracias a la gentil colaboración de la oposición. El problema es que en Cataluña esto no es posible porque hay una mayoría parlamentaria indepe, que es lo que cuenta.
- Incidentalmente, de haber habido lista única de país, Arrimadas no sería la más votada. No tiene mayor importancia, pero es cosa de imagen y de no tener a la señora repitiendo el estribillo. Lo interesante es calcular ahora cuál hubiera sido el resultado de una lista de país. No por nada, sino porque así se aprende, comprobando.
- Catcomú-Podem es la canción del olvido. Su irrelevancia es pavorosa. Sus votos no dan para un gobierno unionista y el bloque indepe no los necesita. El País vaticinaba un empate entre indepes y unionistas con los comunes-podemos de clave. Ni clave ni claque. Nada. Y es aburrido señalar la incapacidad de esta peña para colocar el rollo de la equidistancia.
- El mismo rollo que sigue soltando IU y Podemos: victoria de la burguesía corrupta (la única que tiene gente en la cárcel y el exilio); ni DUI ni 155 (pero este había que aplicarlo como en un frenopático); banderas y desinterés por los problemas reales de la gente (y se lo dicen a ERC y la CUP). Nada que tenga que ver con la realidad.
- El PSOE navega por el Leteo. Agarrado al PP con el ilegal e inconstitucional 155, se ha olvidado de sus orígenes y esencia y, en su furia españolista se ha mezclado con la derecha y la extrema derecha y ha hecho suyashasta sus formas amenazadoras e insultantes de intervenir en la esfera pública. No es que no sea socialista; es que no es democrático y presenta una deriva seria hacia el fascismo. Considérese: el único que puede parar una locura dictatorial de M. Rajoy es el partido socialista mediante una moción de censura cofirmada por Podemos, el PNV y los indepes catalanes. Si no se presenta esa moción, el PSOE será corresponsable de lo que pase en Cataluña con esta manga de franquistas en el gobierno.
- Un gobierno híbrido de autoritarismo, corrupción, incompetencia, clientelismo y agresividad. Uno que dice haber "descabezado" a sus adversarios cuando el único descabezado aquí ha sido él, que, por lo demás ya carecía antes de cabeza.
- Y miren más arriba del gobierno, a la Corona. Esta sí que ha perdido. Felipe VI tiene algún desparpajo borbónico y no le cuesta nada presentar la Monarquía como la gran defensora de España y de la democracia; pero es difícil imaginarlo defendiendo también la República.
- En esto de la República es donde el independentismo catalán ha asestado el golpe de gracia a la izquierda española que ni a la República se atreve. Por eso, los ataques de de furor contra el "engaño" de ls independencia de los ricos, de la burguesía corrupta, del 3%. Es un caso patológico: los guardianes de las esencias de la revolución no la ven cuando la tienen ante las narices y optan por anatematizarla agarrados a clichés doctrinales que nunca funcionaron.
- Los aliados y siervos del gobierno en este ridículo desastre en el que la derecha pierde votos a favor de un neofalangismo de zarzuela, los medios de comunicación, beligerantes hasta lo ridículo, es de suponer, estarán comiéndose toda la basura que han vertido sobre el procés para desfigurarlo y hacerlo fracasar con las peores artes.
- A todos ellos, gobernantes, políticos unionistas, jueces de parte, medios comprados les resulta imposible comprender un hecho que no puede estar más a la vista: que este movimiento no es de líderes, ni de partidos, sino de la gente, a través de sus asociaciones o por su cuenta; que es la gente la que lo ha acelerado, defendido y, finalmente, hecho triunfar. Así que, por favor, dejen de meter cargos públicos representativos en la cárcel porque van a tener que encarcelar a dos millones y pico de personas. Convénzanse: ni mayoría silenciosa, ni oro de Moscú, ni espiral del silencio, ni los sabios de Sión. La gente. Es una victoria de la gente a la que, ya son ganas de fastidiar, le ha dado por alzarse cívica, pacífica, democráticamente a ejercer su incuestionable derecho a decidir.
Y lo ha conseguido. Porque es una revolución. Consídérese el siguiente interesante punto. Dice Pedro J. Ramírez en El Español que hay que ir a unas elecciones generales inmediatas para que los españoles decidan.Seguro que a los catalanes les parecerá de perlas que en el país vecino se celebren elecciones generales, particulares o callejeras. Pero, argumentan los independentistas (que son los que mandan), no va con ellos. Y, a propósito de esta circunstancia, habrá qué ver cómo se definen los partidos unionistas en el contexto de un parlamento republicano, si como partidos catalanes o como partidos españoles en Cataluña.