Toda insistencia en el carácter no violento, pacífico del independentismo catalán es bienvenida. Pero es un pacifismo tan transversal en lo ideológico como lo es en lo cultural, social o económico. A Junqueras, su fe lo lleva al pacifismo. Pero no todas las fes llevan al pacifismo ni todos los pacifismos nacen de la fe. Hay muchas fes que predican la guerra. La del propio Junqueras, profesada por otros, así lo hace. Y hay pacifismos que nacen de la mera razón. Lo cual tampoco es definitivo porque muchos de los que predican la violencia dicen hacerlo en nombre de la razón.
Para entendernos todos, el pacifismo de la revolución catalana arranca de ella misma en cuanto acto dee autoconciencia de un pueblo que pugna por serlo con todas sus consecuencias y variantes. Un derecho que nadie puede negarle porque asiste a todos los pueblos, incluido aquel que se lo niega a los demás.