Buen argumento, voto a tal. El más respetable de los que esgrimen quienes quieren conseguir la abstención del PSOE. Tiene una fuerza de sentido práctico: en un régimen parlamentario, un gobierno en minoría está atado de pies y manos y hará lo que diga la oposición.
La cuestión, sin embargo, es que este no es un régimen parlamentario normal. Está administrado por un partido que no tiene el menor atisbo de conciencia democrática y que instrumentaliza todas las instituciones del Estado a su servicio. Un partido de raíz franquista, cuyo respeto por el Parlamento es como el que tiene por la democracia y la honradez en la gestión pública: ninguno. Ese partido, dirigido por un personaje cuya virtud política más señalada es dejar que los problemas se pudran, convertiría el Parlamento en una cámara absolutamente inoperante.
Pero hay más. El argumento es insatisfactorio porque consiste en presentar al otro las ventajas de conformarse con la opción perdedora, en lugar de permitirle que intente la ganadora. Un gobierno de izquierda con mayoría es mejor que uno de derecha en minoría. Y, si de minoría se trata, ¿por qué ha de ser mejor una del PP que otra del PSOE-C's o PSOE-Podemos?
La diputada no ve que el problema tiene un aspecto determinante que no suele aflorar en la consideración pública pero es notorio. Es cierto que lo más grave de la situación es su bloqueo y este es achacable sobre todo a Rajoy. Pero, detrás de eso, el otro problema (y, muchos sostenemos, el más grave) es el enfrentamiento entre PSOE y Podemos en la lucha por la hegemonía de la izquierda. Eso es también un bloqueo, el que se deriva de la obsesión de Podemos por destruir al PSOE.
NO es NO.