divendres, 5 de febrer del 2016

Nostradamus entra en campaña

En la situación actual, en la que la opinión pública cambia por horas porque la misma realidad se transforma a ojos vista y los acontecimientos se atropellan, cualquier predicción tiene la misma verosimilitud que las profecías de Nostradamus. Si, además, tenemos en cuenta que el CIS es un órgano dependiente de este gobierno que lo ha manipulado y corrompido todo y ha desnaturalizado y deslegitimado cuanto ha tocado sin el menor escrúpulo, podemos tranquilamente entender sus conclusiones como propaganda de La Moncloa. En este caso, la orden era: todo sigue igual, punto arriba, punto abajo; Podemos sube algo (no mucho, no vayan a creérselo) y, por supuesto, el PP va de remontada, conducido por el inigualable caudillo Rajoy. Si hay elecciones (lo único que interesa a Rajoy el de los sobresueldos) todo seguirá más o menos igual pero el PP, fortalecido.

Vayamos a los hechos de la vida. Si hay nuevas elecciones, las llamadas confluencias pueden desaparecer. En Barcelona, Ada Colau proyecta partido propio que no es seguro forme coalición con Podemos. En Galicia, con un Beiras escaldado, puede que no haya confluencia y en Valencia ya se ha roto. Así que eso de que Podemos más confluencias suben y superan al PSOE, sin duda entusiasma a los de la 6ª de TV, pero también puede suceder lo contrario: que Podemos, de hecho, pierda las elecciones.

Yo tomaría los datos sobre el PP a beneficio de inventario. A Rajoy le duele que no le dejen terminar el desastre que organizó en su día. Pero es un hecho que tiene a todo el mundo esperando verlo irse, incluido su propio partido. La corrupción le ha hecho perder 63 diputados desde 2011 y seguramnte le hará perder otros tantos si se repiten los comicios. 

C's lanzado a todo tipo de frenéticas negociaciones por ver si consigue evitar las elecciones nuevas, en realidad puede desaparecer. 

Sospecho que el único que aumentaría su apoyo electoral sería el PSOE, pero no tengo inconveniente es admitir que pueda tener un resultado tan magro como el que le augura el CIS. Este pretende convencerlo de que no haya elecciones y acepte el gobierno de gran coalición, por el que suspiran todos los intereses más reaccionarios, desde el PP a El Pais y muchos socialistas.

Pero esa gran coalición es imposible porque supone poner a gobernar a dos partidos, uno de los cuales tiene como programa electoral derogar toda la obra legislativa del otro en la legislatura pasada. Eso o resignarse a perecer. 

Solo queda la coalición PSOE, Podemos e IU y esta depende de que los partidos independentistas catalanes no voten en contra, cosa más que probable a la vista del frente anticatalán formado por el nacionalismo español.

Es decir, de momento, la opción más probable parece ser la de nuevas elecciones cuyo resultado, según Nostradamus,  será más o menos igual al de las del 20D. En España seguirá habiendo un vacío de poder y Cataluña apovechará para dar otro paso hacia la independencia.