Los amigos de Trasversales, buena gente, organizaron ayer un encuentro de izquierdistas de toda condición y convicción en el Centro Cultural de la calle Galileo de Madrid. Palinuro lo había publicitado en el post del domingo pasado y ayer se dejó caer por allí. Había pleno de asistencia, como 150 personas, coordinaba José María Roca y en el escenario se sentaban cuatro militantes de diversas izquierdas más o menos conocid@s. Después de sus intervenciones, dieron la palabra al público y la gente, la sal de la vida, fue pasándose el micro y soltando sus reflexiones en voz alta, más o menos en el espíritu abierto y medio asambleario que se puso en marcha un ya lejano 25M.
El encuentro era una especie de recapitulación y llamada al entendimiento de las distintas fuerzas de la izquierda que están en este momento negociando alianzas en un clima de incertidumbre e inseguridad que contrasta mucho -como señalaron algunos intervinientes- con el hecho de que las izquierdas hayan ganado las elecciones del 20D con casi doce millones de votos. El ánimo general fue que era preciso aprovechar esta ocasión para echar a esta derecha de carcundas y robaperas presidida por el Sobresueldos y constituir un gobierno de progreso. La tónica general era de cierta urgencia y temor de que, por unos u otros motivos, esto pudiera no pasar.
La reunión aprobó el manifiesto que reproduzco y, por supuesto, comparto. Comparto no solo la solicitud de entendimiento sino también las prudentes consideraciones acerca de la pluralidad y divergencias de las fuerzas cuyo mutuo entendimiento pedimos. En el ambiente revoloteaba el fétido ángel de las tradicionales peleas cainitas de la izquierda. Nadie le dio pábulo pero, en algunas intervenciones saltaron chispas de hogueras no enteramente apagadas, de las viejas rencillas de las que, con el permiso de l@s lector@s, Palinuro está hasta más arriba de la coronilla. ¡Que hasta en momentos como este haya quienes sigan chinchorreando es descorazonador! Pero, en fin, para lo que está uno acostumbrado a escuchar por ahí, prevaleció la importancia del momento y la conciencia de la necesidad de unidad de acción de la izquierda.
Unidad de acción, que no quiere decir que nadie tenga que arrepentirse de supuestas maldades pasadas o deba comulgar con los preceptos de quienes pretenden forjar la unidad a base de insultar a aquellos con quienes quieren unirse. Algo obvio, ¿no?
Aplaudo la reunión. Fue un buen ejercicio de entendimiento y hago mío el escrito.
Solamente una observación que puede parecer trivial y no lo es. Yo no hubiera titulado el escrito Entendeos sino Entendámonos.
Por razones evidentes.