¿Nadie puede librar al país de este imbécil?
Un periodista catalán llama a Rajoy haciéndose pasar por Puigdemont y el sobresueldos pica.
Un periodista catalán llama a Rajoy haciéndose pasar por Puigdemont y el sobresueldos pica.
Escuchen el audio. Escuchen con qué premura las secretarias se lanzan a pasar la llamada a Rajoy. Nadie comprueba nada; nadie verifica nada. Con qué ansia se echa sobre el teléfono el de los sobresueldos que, obviamente, pierde el trasero por hablar con Puigdemont.
Escuchen la conversación, que no tiene desperdicio. Cómo le toman el pelo. El pájaro cree que tiene una baza: ya no es el inepto al que nadie llama, del que nadie se acuerda, al que nadie toma en consideración. ¡Puigdemont lo llama! Reconoce la superioridad de su gobierno; se somete. Por fin cree contar con una baza, algo de que presumir, algo que vender a la prensa y a Felipe V + I. No es el cero a la izquierda, el presidente amortizado, el perdedor de las elecciones con que ya no cuenta nadie, en espera de que en España haya un presidente y no este pelele en funciones.
¡Puigdemont lo ha llamado! Y es todo mieles. Recuerda cuándo se conocieron en el pasado en alguna inauguración o juego de cualquier cosa. Ha hecho cálculos y, como tiene algo que ofrecer al Borbón, le pide que espere al lunes, le dice que lo llamará él y la reconoce que tiene la agenda "bastante libre". Se entrega en canal. O sea, nada que hacer.
Y cuando le descubren que le han tomado el pelo, solo acierta a balbucear que esto "no es serio".
De verdad. Es absolutamente urgente que el país se libre de este majadero de mala idea si quiere tener alguna posibilidad de salir adelante.