divendres, 10 de maig del 2013

Un hatajo de ladrones.


El País informa de que, según los papeles de Bárcenas, los documentos de la policía, los que obran en poder del juez, Aznar estuvo trincando sobresueldos durante años y, en su caso concreto, además, hasta algunos meses después de haber tomado posesión como presidente del gobierno. Es decir, Aznar incumplió la vigente Ley de Incompatibilidades, ¡siendo presidente! Tiene razón Antonio Hernando: lo que ha de hacer este buen hombre es pedir perdón y devolver el dinero trincado y adiós a su carrera política por presunto chorizo. Sin embargo, lo que ha hecho Aznar ha sido lo contrario: ponerse gallito (como acostumbra) y anunciar que amplia su querella contra El País. Suena a la habitual baladronada inútil y, en el fondo, a quien perjudica esta actitud, a quien deja en ridículo, es a Rajoy, también acusado de haber cobrado miles y miles de euros de sobresueldos pero que está callado, silencioso, oculto y sin querellarse por motivos que todos entendemos muy bien. Y, con Rajoy, casi todos los dirigentes del PP quienes, según los papeles de Bárcenas, estuvieron cobrando una pastizara durante años de forma que, a pesar de que suelen decir que pierden dinero al estar en política, lo cierto es que ser militante cualificado del PP es un chollazo. Te levantas una pasta por el morro. O sea que no fue uno de ellos sino todos quienes pueden decir que están en política para forrarse. Y lo curioso es que, cuando se les señala que este comportamiento es obviamente inmoral y seguramente ilegal, suelen decir que no es cierto, que son pagos legales que justifican de las formas más caprichosas, como "gastos de representación" (sic) o como "compensaciones".

Tiene razón Ecos del Occidente cuando en un artículo titulado La broma macabra de los sobresueldos cuestiona muy acerbamente que haya nada que "compensar" a los dirigentes del PP. Exactamente, ¿de qué hay que compensar a un inspector de Hacienda, como Aznar, con millones y millones de pesetas, como sucedió entre 1990 y 1996? Atinadísimo punto de vista. Añadiré algo: la actividad de político es voluntaria, no forzosa. Está en política quien quiere. ¿Por qué hay que compensarle? ¿En razón de qué? No hay nada que compensar. Esos sobresueldos de los políticos del PP (que contrastan agudamente con el hecho de que en otros partidos, por ejemplo, IU, no solo no existan sino que se dé lo contrario: son los cargos quienes dan parte de sus ingresos al partido) son simplemente una corruptela más, una mamandurria, un trinque vergonzoso de corruptos.

Y quizá también delictivo dado que, como se desprende de los papeles de Bárcenas, los fondos repartidos entre estos individuos, proceden presuntamente de donaciones ilegales de empresarios que recibían a cambio adjudicaciones también ilegales de los gobiernos del PP por cientos de millones de euros. Dineros delictivos, productos del robo sistemático del erario público por parte de empresarios y presuntos ladrones del PP. Sin duda, la financiación de los partidos en España es una asignatura todavía pendiente. Pero, se supere o no, está claro que esta corrupción generalizada del PP induce a preguntarse si se trata de un partido político en el que hay algunos ladrones o una asociación de ladrones en la que hay algún político, también ladrón, claro.

Aznar, Rajoy, Arenas, Cospedal, Cascos, todos parecen haber trincado. Y lo que no hayan trincado, se ha dedicado a financiación ilegal del PP, gracias a cuyos chorros de oro este partido ganaba elecciones por mayoría absoluta. Elecciones cuyos resultados son, en realidad, inmorales, ilegales y, por tanto nulos. Y esta situación supuestamente es el rasgo de casi todas las administraciones gobernadas por el PP. Lo es, por ejemplo, del gobierno de la Comunidad de Madrid, presidido por Esperanza Aguirre y bajo cuya dirección parecen haberse cometido todo tipo de ilegalidades en adjudicaciones públicas amañadas en favor de los empresarios corruptos que luego financiaban presuntamente sus campañas. Y esto parecía hacerse a traves de la Fundación FUNDESCAM, uno de cuyos principales donantes, el empresario Díaz Ferrán, gran admirador de Aguirre, está hoy en prisión por supuesto chorizo.

En resumen: aquí no hay un gobierno propiamente dicho sino una organización de sospechosos de mangoneo, dispuestos a saquear el país. No hay por qué escuchar sus retóricas sobre las crisis, el gobierno, etc. Hernando está en lo cierto: lo que tienen que hacer estos presuntos, con Rajoy a la cabeza, es devolver lo trincado y marcharse a sus casas, a esperar las citaciones judiciales.

(La imagen es una caricatura mía por el procedimiento de "animalización" sobre una foto de La Moncloa en el dominio público).