Noticias de la corte.- La presentación del libro La comunicación política y las nuevas tecnologías en la librería Juan Rulfo de Madrid, estuvo muy bien, muy concurrida y animada. Los dos invitados estelares, el alcalde de Jun y Félix Ortega, catedrático de Sociología de la UCM, tuvieron unas intervenciones interesantísimas. Muchas gracias a ambos. Las crónicas de este Real Sitio guardarán recuerdo emocionado de ellos y Palinuro los saluda efusivamente. Los dos defendieron puntos de vista encontrados y lo hicieron con enorme competencia.
Antonio Rodríguez, el alcalde, hizo una exposición completa de esa gran aventura que protagoniza hace ya casi quince años y ha convertido a Jun (Granada) en un punto de referencia mundial del gobierno abierto. Y cuando digo mundial quiero decir mundial. Jun muestra el camino del gobierno adaptado a la ciberpolítica. José Antonio es un ciberutopista nato. Con una extraña virtud: vive su utopía en la cruda realidad; mejor dicho, la convive con sus conciudadanos y, vía ciberespacio, con más de 160.000 seguidores en Twitter.
La réplica vino de Félix Ortega ciberrealista con un pellizco de ciberpesimista. Su gran capacidad analítica señaló los puntos cuestionables en el planteamiento ciberoptimista, compartido, como se sabe, por Palinuro. La parte más contundente, indubitable, de su razonamiento llegó al comienzo mismo de su intervención. Fue, por así decirlo la preparación artillera de la contienda que se siguió. Todo el avance, la ejemplaridad, el prodigio de Jun, argumenta Ortega, es indudable pero, en lo esencial, no se debe a las nuevas tecnologías, sino a la voluntad política de su alcalde. Algo indiscutible. El resto fueron agudas escaramuzas de infantería.
El animado coloquio a continuacion entró por esa línea de fractura. La de siempre, por lo demás, cuando se trata del impacto de lo nuevo en la acción humana. ¿Qué podemos esperar de las redes? Es desesperante pero cierto: todo y nada. ¿Son las redes o son los seres humanos? Las redes sin los seres humanos no serían nada; ni siquiera concebibles. ¿Y los seres humanos sin las redes? Seríamos lo que fuimos y lo que fuimos nos ha traído a las redes sin las cuales no es imaginable la vida. Por supuesto, no estoy diciendo que sea la situación del mundo entero. Pero lo será.