Ojo, ahora no lo dice Palinuro (sin negar, desde luego que lleva días, semanas, diciéndolo), sino el eurodiputado euroescéptico británico, Nigel Farage. Ser eurodiputado y ser euroescéptico tiene su miga, pero es algo muy propio de Europa y, desde luego, de Inglaterra; una muestra, quizá, del dry humour inglés. Como sea, Farage razona cual navaja de Occam y concluye con absoluta racionalidad que, en efecto, Mr. Rajoy es el líder más incompetente de toda Europa. Es brillante. Merece la pena oírlo, incluso aunque no se entienda el inglés. Y, sobre todo, porque añade una coletilla: Que ya es decir porque tiene (Rajoy) una dura competencia.
That is it. Y Rajoy ni lo huele. Aquí sigue el personaje, rodeado de sus fieles y comensales, que lo tratan como si fuera el el papa de los locos y le siguen las gracias de que el rescate no es un rescate sino la consabida pica en Flandes. Frau Merkel echa las muelas con la Frechheit del toreador y ya está diciendo que sus recursos son limitados y no darán abasto para socorrer tanta hidalguía harapienta.
Es maravilloso. ¿Creerá el amable lector que todavía ayer aparecía colgada en la web de La Moncloa la siguiente afirmación entrecomillada de Rajoy: "Es un crédito a la banca que va a pagar la propia banca". En la web de La Moncloa. Ayer. Cuando ya han explicado los amigos europeos en todos los tonos que es un préstamo a España que pagará España.
Pero a Rajoy no le basta con ser el líder más incompetente de toda Europa; quiere ser el más grosero. También ayer se negó a contestar una pregunta que le hizo al paso en los pasillos del Congreso una periodista. Pidió esta (una joven animosa, sin duda alguna) una declaración a Rajoy con un mensaje de tranquilidad a la ciudadanía. En ese momento, la prima de riesgo -esa que iba a ser negativa cuando él llegara al poder- debía de estar en 550 con el interés en el 7% y ciertas señales de pánico. Rajoy tenía obligación de haberse pronunciado como se le pedía y, además, felicitar a la periodista. En lugar de eso farfulló un ¡Vamos, vamos! y pasó de largo, dejando, dice el periódico que quiere cubrir la grosería del presidente,a Guindos para dar el mensaje de tranquilidad. Falso. No dejó nada. Salió como un cohete, estilo Urdangarin. Guindos se quedó de rehén y se vio obligado a lanzar el mensaje, cuyo contenido era tan tranquilizador como La caída de la Casa Usher.
Además de la incompetencia y la grosería se acumula la incoherencia. Este Rajoy que no se digna contestar a una pregunta muy puesta en razón y formulada correctamente por una periodista ¿no era el que hace unos días decía: si quieren saber algo, pregúntenme a mí. Al parecer olvidó añadir: que no contestaré. ¿Puede ser presidente del gobierno una persona que se niega a contestar a las preguntas de los periodistas? Los periodistas trasladan los hechos, no los juzgan. No asiste por tanto al preguntado el derecho a no declarar como le asistiría ante un juez.
Ignoro si Rajoy está recibiendo clases de inglés pero, desde luego, necesita un serio aprendizaje de los usos democráticos en las naciones civilizadas de la tierra e incluso en las no civilizadas. Con tanta clase quizá lo mejor fuera que dimitiera de presidente y dejara paso a otro algo más competente.
(La imagen es una foto de La Moncloa en el dominio público).