Y no solo vive sino que tiene un apetito excelente. Ayer nos reunimos por primera vez después del cierre de la edición de papel del diario para lo que podríamos llamar una "merienda de trabajo". Hubo algunas ausencias pero estaba justificadas, así que se trató del equivalente de un pleno del Consejo.
En los próximos días el Consejo dará a conocer su opinión sobre la circunstancia actual y lo que quepa hacer en ella. Cosas que Palinuro no adelantará para no reventar el final de la peli. Pero quede claro que todos los presentes coincidimos en nuestro propósito de no resignarnos a que no haya ni un medio de comunicación comercial de izquierda es España. No resignarnos a dejar el campo libre a una extrema derecha mediática que, en conjunción con la derecha extrema de la política pretende imponer un modelo autoritario de gobierno, destruir de un plumazo el régimen jurídico del trabajo, desmantelar el Estado de bienestar y vaciar de contenido las comunidades autónomas. La batalla política es la batalla de la comunicación y tiene que haber, al menos, un medio de comunicación de izquierda porque es imprescindible para el funcionamiento de la democracia y responde a una clara demanda social.