dimarts, 18 d’octubre del 2011

ETA kanpora.

Eso es, vete ya. Desaparece de nuestras vidas. Deja que la gente viva en paz y en paz dirima sus diferencias. No haces falta a nadie ni nadie te necesita. Hasta tus supuestos allegados civiles piden que bajes el telón. Muy pocos te echarán de menos, aunque alguien siempre habrá. Eres un anacronismo. Formas parte del siniestro legado del franquismo. En un mundo que puede movilizarse al unísono en los cinco continentes por causas nobles y pacíficamente, tu recurso a la violencia carece de justificación alguna. Pudo tenerla durante la dictadura, que era un régimen violento, y aun así es más que discutible. Pero en democracia le violencia es ilegítima. Hay quien te regalará los oídos diciendo que esto no es una democracia. Son los que consideran que sólo es democracia lo que ellos deciden.

Al sector político le ha costado años comprender la evidencia misma: que en España pueden defenderse todas las opciones políticas, incluidas las independentistas, siempre que no se haga mediante la violencia. Y digo la evidencia misma porque los catalanistas lo comprendieron desde el principio y se apresuraron a terminar con aquel germen de banda terrorista que se llamaba Terra Lliure. Desde entonces el independentismo catalán ha llegado incluso a gobernar en la Comunidad Autónoma. Lo mismo que hace ahora Bildu, al menos en un territorio histórico. Esto es un país civilizado. No hay sitio para la violencia.

Actuar políticamente no quiere decir que se tenga garantizado el logro del objetivo político que se persiga porque eso depende de lo que piensen y hagan otras opciones que tienen idéntico derecho a proponer sus propios objetivos, que pueden -y suelen- ser otros. Esa exigencia tradicional de ETA de que todos los proyectos puedan defenderse y con posibilidades iguales de realizarse, dado que es la situación actual, sólo puede entenderse como el deseo de que se garantice a una parte el logro de sus objetivos porque sí. Es un razonamiento típicamente infantil: juego si gano. Ya sé que decir que los etarras son infantiles suena algo extraño. Pero lo son. Ademas de pistoleros.

El comunicado de estos apóstoles de la resolución de conflictos es bastante soso y blandorro, pero pide a ETA que deponga las armas sin condiciones, ya. Ya no se sabe qué más quiere. Como la componente católica en el mundo etarra es muy fuerte, a lo mejor quiere que, después de los apóstoles, venga el mismo Cristo a pedirle que haga mutis por el escotillón de la historia.