dimecres, 27 de juliol del 2011

Sísifo en Izquierda Unida.

Según parece, el llamado "sector gasparista", corriente autónoma o familia política dentro de IU, ha dado un paso decisivo (inscripción en el registro correspondiente) para constituirse en partido político bajo el nombre de Izquierda Abierta (IAb) que, por supuesto, de momento, seguirá dentro de IU. Luego, ya veremos.

En junio de 2010, hace algo más de un año, IU celebró una asamblea de refundación. Escribí por entonces un artículo en Público titulado La refundación en el que decía que esa tal no serviría de nada y que Izquierda Unida seguiría afectada por los habituales sobresaltos, escisiones, abandonos y crisis porque hablar de "refundación" es fácil, pero realizarla no lo es. Aparte de la habitual catarata de insultos y razonamientos ad hominem me gané una carta de un lector que era algún cargo de IU perdonándome la vida y sosteniendo que no me enteraba de nada y que ante IU se abría un horizonte de unidad y firmeza.

Desde junio de 2010 a hoy, IU continuó con sus problemas de identidad y sus luchas fraccionales. Los "gasparistas" ya invocaban la "doctrina Sinatra" (their own way), los de iniciativa y verdes catalanes anunciaban lo mismo, la situación en Asturias seguía alterada y algun(a) que otr(a) militante veteran@ anunciaba su abandono de la coalición. En las elecciones municipales de mayo de 2011 IU obtuvo el 6,31 por ciento del voto, habiendo obtenido el 5,54 por ciento en las de 2007; es decir, un incremento de 0,77 puntos. El PSOE, en cambio, ha perdido 7,52 puntos entre las dos elecciones. Es obvio que el voto que no va al PSOE tampoco va a IU. Luego de las elecciones la coalición ha seguido con sus problemas internos: los casos de Extremadura y las Juntas Generales de Álava, tenga quien tenga la razón, si la tiene alguien, no van precisamente en el sentido de la mayor unidad prometida por la famosa refundación. Los verdes han concretado su propósito de ir por libres en el Estado y ahora los "gasparistas" se ponen ya en posición de salida por lo que pueda venir.

Muchos militantes y simpatizantes de lo que se autodesigna como izquierda transformadora dirán -ya lo dicen- que Llamazares está preparando su aterrizaje en el PSOE, como antes lo hicieron Nueva Izquierda y tantas y tantos otras solas o acompañados. Eso si no lo llaman directamente submarino de unos u otros, pues el personal no se anda con remilgos a la hora de mostrar cómo entiende lo del pluralismo de la izquierda. A su vez, Llamazares asevera firmemente que de eso nada, que se queda en IU para defender su proyecto de un Frente amplio de la izquierda.

Suena bien lo del Frente amplio, recuerda alguna experiencia pasada latinoamericana pero, en concreto, ¿qué significa? ¿Quiere decir unidad de la izquierda bajo alguna fórmula como un programa común? Y, si es así, ¿se piensa en incluir en ella al PSOE? Hasta ahora se viene entendiendo que las propuestas de unidad de la izquierda en IU se refieren a todos los partidos de la izquierda excepto el PSOE del que muchos militantes de IU creen que es la misma mierda que el PP. La unidad con la mierda no parece programa atractivo. Por eso, la oferta se hace a los otros partidos de la izquierda, incluso a algunos que son escisiones de la propia IU, lo cual, en verdad, roza lo surrealista, pero es lo real en IU que, además, cuando parece haber coronado una cúspide de la unidad que busca tan afanosamente (la lleva en el título) se le cae por la pendiente como la roca a Sísifo. Y vuelta a empezar

Aun suponiendo que hubiera una unidad, por alambicada que fuera, que se presentara a unas elecciones, si sumamos los porcentajes de votos de todos estos partidos en unas generales (en las que están penalizados por la legislación electoral) es fácil ver que la unión no los lleva a parte alguna porque su porcentaje agregado seguirá siendo muy bajo, incluso aunque seamos magnánimos en la superaditividad. Alguien puede decir que a la "verdadera" izquierda no le importa no ganar elecciones en la democracia burguesa pues lo importante es preparar la revolución y defender la trinchera. Quien eso piense perderá el tiempo si sigue leyendo esta entrada.

Pero el Frente amplio de esta nueva IAb ¿piensa lo mismo? Me parece detectar en la propuesta una invitación tácita y muy cautelosa a abrir la unidad de la izquierda a los socialdemócratas. Se justifica el viraje señalando que el candidato Rubalcaba está dando un giro a la izquierda y pretende devolver el PSOE a su esencia socialdemócrata. Y así habrá que entender que Cayo Lara ofrezca a Rubalcaba el carné de IU. Estos gestos de la izquierda transformadora demuestran tal soberbia y narcisismo que no extraña que la coalición tenga un problema de identidad. ¿O no puede responder Rubalcaba ofreciendo el carné del PSOE a Cayo Lara? Tendría a su lado una regla incuestionable de la lógica, la que dice que donde cabe lo más, cabe lo menos; pero donde cabe lo menos, no necesariamente cabe lo más. Y quien argumente que la oferta de Cayo Lara es irónica dirá si admite que más ironía tiene que Rubalcaba no la haga.

Se ponga el personal como se ponga, según se ve por experiencia, frente amplio o programa infinito, la unidad de la izquierda sin la socialdemocracia en España hoy apunta a la irrelevancia lo que, para una izquierda que quiere transformar las cosas, es bastante lamentable. Como el diablo, cuando se aburre, mata moscas con el rabo, hay quien da en decir que la unidad de la izquierda debe ignorar al PSOE neoliberal, procapitalista, etc y fraguarse con el 15-M. Otra ocurrencia. Por cierto que todo partido de izquierda que se precie debe relacionarse con el 15-M. También lo hace el PSOE, con gran escándalo de quienes creen que es la misma mierda que el PP. Será, si ellos lo dicen, pero lo hace. Y el 15-M no parece mostrar especial simpatía por una línea concreta de la izquierda entre otras cosas porque lo que critica en el PSOE lo critica también en IU.

Con algunas diferencias cuantitativas que no son decisivas. Pongo un ejemplo porque se vea qué compleja es la situación: IU apoya sin duda la política del 15-M de impedir los desahucios. El PSOE, en cambio, pastelea; hace una reforma en favor de los hipotecados pero mantiene el principio. Ahora el Tribunal Constitucional dice que el principio de desahucio por impago no vulnera derechos. ¿Qué hacemos? ¿Vamos en contra del Tribunal Constitucional? ¿Cómo? Reformando la Constitución. Pero la reforma de la Constitución requiere tal mayoría parlamentaria que la izquierda transformadora no puede ni soñar con ella sin el PSOE. En consecuencia, no se hace nada y tiene uno que conformarse con la reforma del PSOE neoliberal.

Si Palinuro fuera IU y el PSOE dejaría de refundarse semanalmente o de hacer guiños a la izquierda, como dicen los medios que hace Rubalcaba y nombraría una comisión conjunta que estudiara la posibilidad de formular, cuando menos, una plataforma electoral común, un acuerdo básico sobre tres puntos: a) reforma del sistema electoral; b) medidas efectivas contra la corrupción en todas sus formas (privilegios de los políticos, ilegalidades de la Administración, economía sumergida y abusos de las entidades financieras y los empresarios); c) reforma progresista de la política fiscal en todos sus ámbitos.

Son tres puntos prácticos (mientras esperamos que venga la regeneración universal) en interés mutuo pues permite a IU emplear su fuerza parlamentaria en llevar a la izquierda las medidas del gobierno y presta al PSOE mayor crédito cuando, tras las experiencias pasadas, dice que retorna a las políticas socialdemócratas.

¿Por qué no?

A lo mejor Sísifo esta vez llega a la cumbre con la roca. Se rompería entonces lo que parece una maldición: el fraccionamiento de la izquierda.

(La imagen es una foto de Chesi - Fotos CC, bajo licencia de Creative Commons).