Los socialistas parten como claros perdedores según todos los sondeos, y se les nota en la flojera de ánimo. Zapatero no consiguió llenar el aforo de su primer mitín y eso que era su ciudad, mientras que Rajoy y Cospedal revientan los estadios. Están en juego bastiones tradicionales de la socialdemocracia, como Castilla-La Mancha, Andalucía y Extremadura, mientras que nada amenaza los de la derecha, Madrid o Valencia a pesar de Aguirre y de Camps. Los augures hacen al PP ganador hasta en Baleares, la tierra de Matas. Hay un aire de cambio de época, una convicción de inevitabilidad de la derrota del PSOE y el triunfo de la derecha. La cuestión no es si se producirá, sino por cuánto. El PP no parece subir en intención de voto; la distancia se da porque los socialistas se quedan rezagados por la abstención de su electorado tradicional. Hay mucho resentimiento por la política económica y social del Gobierno.
La contienda está tan exacerbada que a los otros partidos estatales casi no se los ve. Todavía Izquierda Unida levanta algo la cabeza sobre el oleaje en la voz ocasional de Cayo Lara con un discurso intermitente que apenas se entiende. Lucha contra el fantasma del voto útil pero, a su vez, no aclara qué hará con el que IU reciba, si oposición al PSOE o coalición de gobierno allí en donde pueda. Su vídeo electoral, con texto de Eduardo Galeano, es magnífico, pero no sé
si va a darle muchos votos. En cuanto a UPyD, carece de visibilidad. No ha conseguido articular un discurso propio, dado que no ha hecho hincapié en el centrismo, que es lo que a todo el mundo se alcanza.
Es la derecha la que habla de centro. El término derecha no aparece en su discurso sino, si acaso, como centro-derecha. Sólo en las proclamas de La Gaceta y esas tiende el personal a tildarlas de extrema derecha; una extrema derecha evanescente ya que, en realidad, está en el PP; hasta hay quien dice que es el propio PP. Éste sabe de sobra que el punto débil del PSOE es el paro y la crisis económica y que según las reglas del boxeo, ahí es en donde debe pegar una y otra vez. Pero le pierde el patriotismo estilo legión y está agarrado a mamporros con el Gobierno a cuenta de la legalización de Bildu. Con el Gobierno y con el Tribunal Constitucional, y tratando de desbaratar el proceso de paz en el País Vasco. Si sigue así, pondrá el resultado de las elecciones en manos de ETA. Bastará una declaración de ésta de que está considerando dejar las armas para que el de las elecciones el 22 de mayo sea distinto al universalmente esperado.
Sin duda por partir de más abajo, el PSOE muestra mayor realismo en la campaña. Su primer video se centra en la corrupción del PP, como se ve en la foto. La corrupción es el punto flaco donde debe centrar sus golpes el PSOE, sin dejarse distraer por trifulcas laterales por escandalosas que sean. Las instituciones se defienden solas. Un ataque tan desaforado al Tribunal Constitucional como el de González Pons sólo consigue mejorar la estima de aquel entre los ciudadanos. En cambio la corrupción no afecta a las instituciones del Estado sino al PP y a su gestión de gobierno. Sacarla a relucir de continuo es la única posibilidad que tiene el PSOE de "dar la vuelta a las encuestas", como dicen sus dirigentes más decididos. A su vez, el PP sigue su trayectoria ascendente, aunque corre el peligro de Ícaro si sigue jugando con el fuego de la lucha contra el terrorismo.
El arranque de Bildu, con un orfeón independentista incluido, preanuncia unos resultados electorales en el País Vasco que, por primera vez en muchos años, no van a estar condicionados, por no decir falseados, por la ausencia forzosa de la izquierda abertzale. Finalmente se va a saber cuál es la fuerza real del independentismo en la Comunidad Autónoma Vasca. A lo mejor resulta que es tal que el Gobierno de la Comunidad decide seguir el ejemplo de lo que, al parecer, pretende el de Escocia, después de la victoria electoral del otro día: un referéndum de independencia. El gobierno vasco no tiene tal competencia. Pero puede pedirla por los cauces reglamentarios. Sería interesante ver qué pasaba.
(La imagen es una foto de quinet, bajo licencia de Creative Commons).