La nueva histeria en las cancillerías se llama prueba nuclear en Corea del Norte. El régimen político parece sacado de una película anticomunista de Hollywood pero, al parecer, en serio. Kim Jong Il, sucedió a su padre, Kim Il Jong, marxista convencido, y piensa dejar en su lugar cuando fallezca a su vez a su hijo Kim Jong Il (junior). Qué tenga esta peculiaridad que ver con el materialismo histórico en su vertiente leninista y estalinista que prevalecen en Asia es un misterio. Como es lógico, pues estamos en Asia.
En todo caso, Corea del Norte es el último país que salió dividido de la guerra y la guerra fría. Los otros fueron Alemania y Vietnam. Ambos se han reunificado pero no así Corea que sigue dividida a lo largo del paralelo 38. Aquello fue una guerra en la que algunos vieron el comienzo de la tercera mundial, a sólo cinco años del fin de la anterior, una guerra en la que se enfrentaron a tiros algunos aliados de la segunda mundial, en concreto, los Estados Unidos y la China que acabó entrando en el conflicto entre Corea del Norte y las tropas de la ONU, que ya por entonces se usaba a la ONU para defender políticas de país. China iba a favor de Corea del Norte y por ello invadió la península en 1953, enfrentándose directamente con los Estados Unidos a tiros. El ataque chino pilló por sorpresa a los gringos que tuvieron que retirarse hasta el paralelo 38 en donde se hicieron fuertes. Ese paralelo es hoy la frontera entre las dos Coreas. Como el Oder-Neisse fue la frontera entre las dos Alemanias y el paralelo 17 entre Vietnam del Norte y Vietnam del Sur. El último vestigio del mundo ya ido de la postguerra en el que se ejemplificaba como en un escaparate el contraste entre los dos modos de producción, el socialista y el capitalista. Corea del Sur es una potencia económica y Corea del Norte no existe a esos efectos.
El conflicto (de haber uno que está por ver), era entre las dos Coreas. Cuando, al final, en 1953 luchaban de nuevo en el paralelo 38 los EEUU y China nos encontramos con la paradójica y algo ridícula situación de que dos miembros permanentes del Consejo de Seguridad estaban en guerra entre sí. Luego, el conflicto se estancó o congeló en el paralelo 38. Hasta hoy.
La peculiaridad de la situación es que se trata de un conflicto nuclear. Si no se consigue que Corea ponga fin a sus incursiones en territorio de armas de destrucción masiva, puede haber una escalada en la zona. Movida por un sentimiento de inseguridad. Quizá Japón y Corea del Sur se embarquen en programas nucleares. Japón tendría que reformar la Constitución de 1946, o Constitución "McArthur". Y no hablemos de lo que pase con Irán en donde viven pendientes de qué sucede con Corea del Norte, puro "eje del mal". El Consejo de Seguridad condena el ensayo nuclear coreano. Si no hay intensificación de las sanciones, el régimen no se sentirá hostigado.
De hecho, toda la política exterior estadounidense basada en la idea del desarme nuclear total que había comenzado con el START I y START II, queda ahora en entredicho. Si países como Irán y Corea pueden hacerse nucleares, toda la justificación de START I y II se viene abajo y hay que inventar un concepto nuevo en las relaciones internacionales de la época global.