Que ETA es una organización de idiotas morales lo saben aquí hasta los niños. Idiotas en todos los sentidos del término, el médico, el lingüístico y el ordinario del diccionario. Porque sólo unos idiotas, unos deficientes morales, pueden arrogarse el derecho a asesinar a quienes no coincidan con sus puntos de vista. La motivación última es aquí indiferente. Que los idiotas lo sean por amor a la patria, como estos; a la raza, como Hitler; o al dinero, como Al Capone, no resta un adarme al diagnóstico: todos ellos idiotas morales y delincuentes, por supuesto; entre otras cosas porque esas tres de la patria, la raza y el dinero suelen andar mezcladas.
Pero no son los únicos pues la idiocia moral está más extendida de lo que parece, aunque con matices. Por ejemplo, los miembros de la organización ANV o de cualquier otra de la llamada "izquierda abertzale" que no tienen inconveniente en aceptar que los idiotas morales armados asesinen a sus compañeros de corporación (y hasta es posible que sean ellos quienes hayan señalado al asesinable en cada momento) demuestra que son igual de idiotas y deficientes morales que los asesinos. Si acaso con el matiz de ser más cobardes, pues dejan que los otros asesinen por ellos, en su nombre, en pro de los mismos objetivos. Se limitan a lamentar que tales cosas puedan pasar (y que, naturalmente, no pasarían si los asesinados y asesinables pensaran y actuaran como mandan los asesinos) pero no a condenarlas porque tienen una verdadera comunión de idiotas morales
Y tampoco es este el fin del relato, pues quedan los que, además de lamentar que haya asesinatos, los condenan como personas de bien, pero no hacen nada por acabar con la productiva complicidad entre los dos tipos anteriores de idiotas morales. Son los idiotas morales del PNV; no todos los miembros de este centenario partido, pero sí algunos de sus dirigentes más destacados. Son los que suscriben el discurso ladino e hipócrita del Lehendakari según el cual no van a permitir que "ETA les dicte la agenda", les diga lo que pueden o no pueden hacer. Con ese acto de valentía se sienten autorizados a convocar un referéndum en unas condiciones de déficit democrático absoluto en el País Vasco, con la banda de asesinos amedrentando a los votantes o a no colaborar en las mociones de censura para expulsar de las instituciones democráticas a los idiotas morales que consideran admisible que ETA asesine a sus adversarios políticos.
Ahora parece que en el PNV algunos se han dado cuenta del abismo de hipocresía e idiocia moral en que han caído de la mano del señor Egibar y, tomando por las hojas la última idiotez de ETA en forma de comunicado, se proponen restablecer un poco de dignidad al trato humano ordinario, limpiando a las instituciones vascas de idiotas morales. Bravo, que lo hagan y, de paso, que miren en su propia casa, en donde tienen algunos.
(Las imágenes son reproducciones del libro de grabados de Iacopo Callot, titulado Varie figure gobbi, impreso en Florencia, en 1616 y que se encuentran en Ciudad de la pintura).