Y tú... ¿por qué no te callas, Aguirre?
Al grano; a callar, todo el mundo a callar. Eso se le da de cine a don Manuel que vivió su juventud bajo un régimen autoritario al que prestó entusiasta servicio como ministro de Información y Turismo, o sea, tout court, de propaganda; un régimen especializado en callar a todo el mundo; por las buenas o por las malas. Y le salió tan bien que después repitió ya en el primer gobierno de la Monarquía como ministro de la Gobernación, que era como se llamaba entonces, cuando a las cosas se las llamaba por su nombre, al ministerio del Interior. De diciembre de 1975 a julio de 1976, primer Gobierno de la Monarquía. Y ahí siguió mandando callar. A algunos los calló para siempre en Vitoria, en enero de 1976. Así que este hombre no habla a agua de borrajas.
Además suele ser muy claro en lo que dice; no así en cómo lo dice, qué válgame el Señor cómo farfulla el señor Presidente de honor del PP. No creo que la señora Aguirre tenga ahora manga suficiente para pedirle que lo aclare. Está clarísimo: que se calle. Doble contra sencillo a que no se calla. Lo que no tengo tan claro es si, además de no callarse, le dice a Fraga que se calle él o esa labor queda encomendada a sus órganos de prensa, radio y televisión. Actualización "en tiempo real": ya le ha respondido al venerable líder que con ella "la mordaza no va". Esta señora tiene verdaderas agallas: el lunes confundía a media docena de periodistas ante tres millones de espectadores y el martes pone en su sitio al glorioso acallador del Reino ante cuarenta y cinco millones de habitantes, demostrando que no es el señor Chávez.
Desde luego, las manifestaciones de don Manuel son pintorescas y suelen descolocar al parsonal pero, a veces, el descolocado es él. Ya sólo queda por conocer el parecer del señor Aznar, cuyas manifestaciones no son menos peregrinas.
De momento la cosa queda así, se calle o no doña Esperanza: ésta deja pasar el congreso de junio sin presentar candidatura y se dedica a vigilar la performance del gallego en las próximas municipales, autonómicas y europeas y, según lo que en ellas se vea, presentará o no su candidatura en el Congreso que, según rezan estatutos, habrá que celebrar en 2011. Es decir, lo que no parecieron entender sus contertulios el lunes en 59 segundos: que el señor Rajoy va a vivir los próximos tres años bajo la espada de Damocles de Aguirre (get it? "Damocles de Aguirre", como "Lope de Vega" o "José de Arimatea") de una substitución por "falta de rendimiento" El aliento del adversario en el cogote.
(La imagen es una foto de Galiciaefotos, bajo licencia de Creative Commons).