Se cumple hoy el cuarto aniversario del mayor atentado terrorista en la historia de Europa. Un atentado de tal impacto que llevó al entonces gobierno del PP, responsable de haber metido al país en una guerra sumamente impopular en el Irak que lo había provocado, a la convicción de que, si se probaba que el crimen era obra de terroristas islamistas, perdería irremisiblemente las elecciones. Y de esta convicción saltó a la muy insensata conclusión de que tenía que escamotear los hechos a la opinión pública, mentir a ésta, engañarla, insistir en que lo que a todas luces parecía ser "A" porque era "A", en realidad era "Z". Un empeño tan inmoral como estúpido que no solamente le costó perder las elecciones sino que tuvo atrapado a su partido, el PP, durante cuatro años en una maraña de fabulaciones, embustes, más mentiras, delirios y puras mentecateces, tratando de ocultar su embuste originario y de dar un vuelco a la situación, desalojando al PSOE del gobierno.
Hoy, cuatro años después, los tribunales han hablado dejando clara la autoría de los crímenes de Atocha y enviando a los culpables que aun están vivos a la cárcel con largas condenas. Al mismo tiempo, el PP ha vuelto a pagar en las urnas el precio de haber pasado los últimos cuatro años dando pábulo a las estupideces de la llamada "teoría de la conspiración", es decir, ha vuelto a perder las elecciones.
Pues bien, los principales fabuladores de las patrañas sobre la "verdadera" autoría de los atentados de Atocha, siguen en sus trece si bien su eco es hoy infinitamente menor. No obstante, no tengo claro que, en una última pulsión suicida, el PP no se decida a alinearse de nuevo con estos charlatanes de crecepelo. Al fin y al cabo, algunos de los principales responsables del gigantesco intento de fraude de 2004, los señores Rajoy, Acebes, Zaplana, siguen en sus puestos. Que sigan.
Mientras tanto, los demás rendimos homenaje a las víctimas de aquellos crueles atentados.