Magnífico eso de que IU elija a su candidato a presidente del Gobierno mediante unas primarias. Es un paso más hacia una mayor democratización de los partidos, que es muy necesaria. La Constitución se hace lenguas de los partidos en su artículo seis considerándolos instrumentos fundamentales de la participación y piedra angular de la representación, verdadero fulcro de la democracia y, en consecuencia, dispone que: "su estructura interna y funcionamiento deberán ser democráticos". Sin embargo resulta llamativa la contradicción de que la democracia descanse sobre unas organizaciones que no sean democráticas. Y, en principio, toda organización que no elija a sus dirigentes por sufragio universal (o, cuando menos, ponderado) no será democrática. Con esta vara de medir, el PSOE es el más democrático, pues elige a su Secretario General en primarias. Los demás partidos también, pero esa elección se hace por voto ponderado a través de congresos o consejos. El PP, por último, no es nada democrático, dado que su dirigente máximo no es electo sino designado por el dirigente máximo saliente, al estilo del dedazo en el viejo PRI en México, y ungido luego por algún órgano del partido. Por supuesto, IU no es propiamente un partido, sino una coalición de partidos y gentes del común pero, a todos los efectos, opera como un "partido de partidos" y es de esperar que esto no sugiera al señor Vidal Quadras ese símil tan poco afortunado de la "bicicleta de bicicletas". Una coalición de partidos con el PCE como columna vertebral y muy poco avenimiento interno. Aunque esto último es característica tradicional del comunismo. Los partidos comunistas europeos surgieron como escisiones de los socialistas hacia los años veinte del siglo XX y han tenido una historia plagada de más escisiones, purgas, expulsiones y faccionalismo al día de hoy en que el venerable PCE vive una crisis tras otra en algunas CCAA y él mismo, como partido, es fuente de otras en el seno de IU que, a su vez, tampoco necesita muchos ánimos para escindirse, como demuestra la última salida de Corriente Roja, de Ángeles Maestro Nada más lógico, pues, que el PCE apoye la candidatura de doña Marga Sanz a la presidencia del Gobierno frente a la candidatura "oficial" del señor Llamazares. De ahí las primarias que la Federación ha decidido hacer por correo, lo que es relativamente original, razón por la cual se ha hecho con el voto en contra de los señores Alcaraz y Frutos, Presidente Ejecutivo y Secretario General respectivamente del PCE, dos ilustres mediocridades que prefieren el sistema de la papeleta y la urna cuando, en realidad, IU debiera estar pensando en ventilar las primarias por la red, más cómodo, más barato, más sencillo y más seguro que el correo postal. Pero erstá visto que está izquierda transformadora es tan conservadora en asuntos internéticos como el común de los mortales. La señora Sanz justifica su candidatura en la necesidad de devolver a IU una personalidad que según dice (y coincide en ello con las críticas que se han hecho a IU desde los sectores alcaracistas y frutistas del PCE) la federación ha perdido fuste, convertida en chica de los recados del PSOE gobernante. La verdad es que, si tal cosa es cierta, no lo es por culpa del señor Llamazares que tiene una presencia mediática superior a su importancia política real, sino del hecho de que IU sólo tenga cinco escaños, contando con los dos de Iniciativa per Catalunya-Els Verts, con los que forma un grupo parlamentario básicamente ornamental ya que el Gobierno no lo necesita y la oposición no lo quiere, razón por la que cunde el desánimo en las filas de Federación, pues ya se sabe que donde no hay harina, todo es mohína. En todo caso, bienvenidas las primarias. Obsérvese, no obstante, que se trata de elegir el candidato a la presidencia del Gobierno, no al Coordinador General. Por si hubiera dudas, el señor Llamazares ya ha hecho saber que si pierde las primarias, no dejará de ser Coordinador General, con lo que podría darse la circunstancia de que, siendo elegida la señora Sanz candidata y elegida después diputada, IU hablaría en el Congreso con una voz distinta de la de su Coordinador que podría estar diciendo lo contrario de lo que dijera la señora Sanz en sede parlamentaria. Salvando lo salvable, una situación similar, mira por dónde, a la del PNV en el que el lehendakari no es el Presidente del EBB. En todo caso, parece que Izquierda Unida tendrá una estructura institucional verdaderamente plural pues así como el PCE está de hecho dirigido por el duunvirato Alcaraz/Frutos, cosa fantástica que recuerda la institución romana de los dos cónsules, la Federación puede estarlo por la pareja Llamazares/Sanz que, como todas las parejas, tendría sus altos y sus bajos.