Según el vicepresidente segundo del Gobierno y ministro de Hacienda, señor Solbes, la crisis de las hipotecas de alto riesgo en los EEUU sólo tendrá efectos "indirectos" en España pudiendo descartarse asimismo que haya un frenazo brusco del desarrollo. A su vez, el señor Bush está elaborando un plan para prestar ayuda federal a las familias hipotecadas que no puedan pagar (desgravaciones fiscales y cosas así) , pero no a los especuladores. Faltaba más. La economía estadounidense, sigue diciendo el presidente, es robusta y no va a verse afectada por la crisis. Por si acaso, el señor Bernanke, gobernador de la Reserva Federal (para los enterados, la Fed), afirma que está presto a intervenir de nuevo si vuelve a haber problemas de liquidez y que a los especuladores, que les den.
El capital es muy asustadizo, en especial el financiero y especulativo. Como haya media docena más de estas noticias "tranquilizadoras", acabaremos con una crisis en serio. Porque los mercados son muy susceptibles y piensan mal por adelantado con esa cazurrería del piensa mal y acertarás. Y la verdad es que tanto mensaje tranquilizador mosquea mucho. ¿Con qué seguridad dan garantías los señores Bush, Bernanke o Solbes? Con la muy escasa que también tienen los mercados. Porque el rasgo de esta crisis-serpiente (pero no de verano) es que se da, o puede darse, por falta de información, porque nadie sabe qué alcance puede tener ni quiénes son los afectados ni en qué cuantía. Es una crisis de incertidumbre.
Un ejemplo, lo que está pasando con Barclays en el Reino Unido. Ha tenido que acudir en auxilio de uno de sus cuatro fondos de inversiones, los llamados SIV-Lites, que invierten en el mercado estadounidense de alto riesgo (aunque el rescatado en concreto parece no haberlo hecho) por un importe de ochocientos millones de libras, esto es, más de mil cien millones de euros. A su vez, el propio Barclays hubo de tomar prestados del Banco de Inglaterra mil seiscientos millones de libras, es decir, unos dos mil trescientos millones de euros. Una pasta. Los directivos del Barclays juran que no tienen problemas de liquidez y que la crisis de los fondos de alto riesgo no les ha pillado casi nada o sólo una bagatela de setenta y cinco millones de libras, casi ciento once millones de euros.
Lo que sucede es que aquí ya nadie cree a nadie, nadie sabe cómo puede estar el vecino y, en consecuencia, el Euribor ha pegado otro subidón hasta el 4,66% que lo que refleja es eso, desconfianza. Los bancos no se fían de los bancos y encarecen el precio a que se prestan el dinero, que eso es el euribor y, por descontado, revisan al alza todas las hipotecas.
Así que no sé a qué llamará exactamente efectos indirectos el señor Solbes ni de qué parón o caída hablará. Lo que sí sé es que, para los hipotecados, la crisis ya está aquí, como se aprecia en la encuesta de El País donde se ve que el 37 por ciento de la población dedica más de la mitad de sus ingresos a pagar la hipoteca. Ahí es donde la subida del euribor es un crimen porque ya descuenta la que hará en días el Banco Central Europeo. A ver cómo va a pagar el personal la hipoteca.
Porque nadie cree que esto vaya a quedarse así o que la crisis de agosto haya tocado fondo. Ni hablar. Al aumento de los impagos de hipotecas a causa de la subida de los tipos y a los problemas de liquidez de los mercados se une el tercer factor, la bajada, en algunos casos el hundimiento, de los precios de las viviendas. En su manifestación más extrema, en los EEUU los hipotecados están pagando cada vez más por cada vez menos. Y, como todo el mundo sabe, lo que pasa en los EEUU pasa luego en Europa y España es parte de Europa.
O sea que la crisis tendrá efectos directos e indirectos.