¡Qué dífíciles y problemáticas son las sucesiones y cambios en los cargos públicos y puestos de responsabilidad de más o menos libre elección! La despedida de la señora Regás ha sido con aparato eléctrico. No hay duda de que la escritora no se amilana con facilidad. Eso que dice que el ministro de Cultura ha dicho es muy fuerte: que no ha hecho nada en más de tres años. Pues sí, muy fuerte. Tanto que, teniendo una excusa diplomática para dimitir si el citado ministro y ella no simpatizan, esto es, el reciente robo de dos incunables, ha preferido, por así decirlo, armar la gresca. A nadie le gusta dimitir y menos que lo echen. Pero es el sino de los cargos públicos. Ciertamente, éstos deben gozar de la confianza de quien los designa; lo contrario sería absurdo. Igual habrá pasado con algún subordinado de la señora Regás o podría pasar al ministro de Cultura si dejase de gozar de la confianza del señor Rodríguez Zapatero.
Más crudo lo tiene el señor Rajoy, a quien todos los días le toman medidas al sillón por ver si sirve para otro candidato o candidata. Ya tiene que ser amargo que hablen de ti como seguro perdedor hasta los tuyos. Los señores Fraga y Núñez Feijóo apoyan al señor Gallardón y el primero, encima, se larga una teórica profesoral diciendo que hay que "preparar las sucesiones" y que éstas no pueden depender de un hombre solo. ¡Su Galicia natal se pone frente al señor Rajoy! Justo en el momento en que éste, decidido a dar un puñetazo sobre la mesa, acaba de decir que no piensa retirarse aunque pierda las elecciones.
Es lo malo que tienen los fuegos de verano: se prende una chispa en cualquier parte y las llamas acaban devorando media provincia. El señor Ruiz Gallardón repitió su oferta de ser el número dos por Madrid en las próximas generales y, desde entonces llueven rayos y centellas en el partido y el incendio amenaza con llevarse a alguien por delante. ¿A qué viene que el señor Fraga (a quien podemos admirar en este cartel de las últimas elecciones gallegas, prodigio de Photoshop), precisamente el señor Fraga, tome partido por el alcalde de Madrid? Porque, salvo que no sepa ya lo que dice, no puede ignorar que, dicho lo dicho en este momento significa un respaldo al señor Ruiz Gallardón. No sé si el señor Acebes se atreverá a decir al señor Fraga que se ocupe de su escaño en el Senado y se deje de zascandilear por el partido. Creo que no.
Pero está claro que la sucesión del presidente del PP y candidato a la presidencia del Gobierno, anunciada y preparada antes de que se produzca la vacante, es una muestra más de la dureza de la vida de los cargos. Porque el triste sino del señor Rajoy es que preside un partido dividido entre "gallardonistas", más o menos gente de derecha moderada, y "antigallardonistas", gente de derecha muy radical, hoy llamada liberal. Lo que no hay en ese partido es "rajoyistas", dado que los "antigallardonistas" son en realidad partidarios sigilosos de doña Esperanza Aguirre. Toda sucesión es difícil pero la preventiva parece serlo más.