El señor Rajoy quiere cambiar la ley electoral (la Ley Orgánica de Régimen Electoral General, LOREG, de 1985, supongo) para que "gobierne la lista más votada."
Es algo sorprendente que manía reformista tiene este hombre. Ya el año pasado propuso de modo perentorio que se reformara esa misma ley para que pudiera haber elecciones anticipadas en Málaga cuando estalló el caso Malaya (¿se escribe así o mejor "malhaya"?) y para evitar la constitución de una comisión gestora (momento que recoge la foto de "Efe"). Da la impresión de que el político pide una reforma de la ley cada vez que piensa que su partido pueda salir beneficiado. Y en verdad así ha sido pues en Málaga gobierna ahora el PP. Pero no es buena práctica andar reformando leyes orgánicas (que son como "superleyes") cada vez que uno piensa que puede obtener un beneficio circunstancial porque eso contradice el principio mismo de la ley; no de ésta, sino de todas, que deben en la medida de lo posible, igualar la casuística y no adaptarse a ella.
Que gobierne "la lista más votada" ya le ha costado al señor Rajoy más de un rapapolvo de analistas de tendencia de izquierda y socialistas porque, dicen, es una hipocresía propugnar eso al tiempo que se hace lo contrario en las Canarias. Puede que sea hipocresía, pero no es irracional. Cabe actuar en el marco que permite la ley al tiempo que se pide que cambie y haga imposible la actuación misma de la que uno se beneficia. Lo extraño es que se vuelva a pedir la reforma porque uno cree que sale uno beneficiado.
¡Ah, no! responde el señor Rajoy, no es por tan ruin motivo sino a causa de
"la existencia de una ley electoral que está caduca, pasada de moda y que interpreta de forma curiosa el sistema democrático (y que) da lugar a que en muchos lugares donde el PP es la primera fuerza con una diferencia abismal esté en la oposición."Insisto en que supongo que se refiere a la LOREG y su artículo 196 c) que dispone que si ningún candidato a alcalde (cabeza de cada lista electoral) obtiene mayoría absoluta de concejales en primera vuelta,
"...(sea) proclamado Alcalde el concejal que encabece la lista que haya obtenido mayor número de votos populares en el correspondiente municipio. En caso de empate se resolverá por sorteo."Como eso reza sólo para municipios, está claro que el asunto de las CCAA no hace aquí al caso y, por tanto, no ha lugar a echar en cara al señor Rajoy el de Canarias. Y aunque lo hubiera, daría igual porque en los gobiernos de las CCAA rige el estricto principio parlamentario, como en las Cortes Generales, esto es, gobierna el que tiene mayoría absoluta y, en su defecto, el que cuente con mayoría simple, que no tiene por qué ser la lista más votada. Reformar eso implica reformar la Constitución y el señor Rajoy habla sólo de "ley electoral". Por tanto sólo se refiere a los ayuntamientos en los que, al parecer se interpreta de "forma curiosa el sistema democrático". Es verdad, a mi ver, pero no por la razón que él cree sino por la contraria. Que la ley haga alcalde al cabeza de la lista más votada en segunda opción no es muy democrático pues obvía la posibilidad que sin embargo puede darse en el Parlamento, la de que gobierne una coalición de mayoría relativa y el partido más votado esté en la oposición. Esa es una posibilidad democrática que sólo puede considerarse no democrática si uno sabe que no habrá partido que quiera aliarse con el de uno, que es lo que suele pasarle al PP, al menos en los ayuntamientos. Por eso quiere el señor Rajoy reformar la ley y poner como primera y obligatoria la segunda opción: que gobierne siempre la lista más votada, incluso en contra de una mayoría absoluta contraria lo que -y espero que lo entienda el señor Rajoy- es imposible en un sistema parlamentario en el que existe la moción de censura. Claro que también puede eliminarse la moción de censura.