dissabte, 7 de juliol del 2007

¿Crisis? ¿Qué crisis? ¿Gobierno? ¿Qué gobierno?

Caramba con "Bambi", caramba con el "bobo solemne", el "incompetente", el "buenista", el "amigo de los terroristas", "genuflexo" y "rendido ante ETA". Resulta que gana los debates parlamentarios con holgura, tiene un partido cohesionado, hace propuestas innovadoras (que presentan dificultades, desde luego; me gustaría conocer qué propuesta innovadora no presenta dificultades) y resuelve una crisis de gobierno en venticuatro horas después del debate sobre el estado de la Nación sin que el avispado líder del principal partido de la oposición (ppo) se entere de por dónde van los tiros ni las fuentes "generalmente bien informadas" se cosquen un pimiento. Recuérdense los episodios de crisis de gobierno del señor Aznar con aquel ridículo "cuaderno azul", que no podía haber elegido otro colorcito. Comparadas con las del señor Rodríguez Zapatero, las crisis del señor Aznar eran más como de ¡Bienvenido Mr. Marshall!

Caramba con el "risitas", "Mr. Talante", "zETAp" y "ZetaP". Está a punto de coronar una sólida legislatura con importante obra normativa y reformadora en aspectos vitales de la sociedad española, incluso innovadora, que ha puesto a España, en algunos casos, a la cabeza del mundo, como en materia de igualdad de derechos de las minorías que sufrían discriminación a causa de su opción sexual. Y con un gobierno en minoría parlamentaria y sin hacer concesiones más o menos defendibles, como las que se resumen en la famosa frase del señor Aznar de que él habla catalán "en la intimidad". Gobernar en minoría no es fácil. Sin embargo, se pudo ver que todos los grupos parlamentarios, a excepción del del ppo, pidieron al Gobierno que agote su mandato.

El señor Rajoy ha opinado sobre la reforma del Gobierno con su habitual perspicacia. El Gobierno carece de proyecto, la legislatura está acabada, convóquense elecciones generales ya. En lugar de eso, tres ministros nuevos. Está claro que el que está acabado y falto de crédito es el señor Rajoy y además no puede convocar nada, salvo un congreso de su partido que podría terminar como el rosario de la aurora. ¡Ah! dice el señor Rajoy, es un mero "cambio cosmético". Pues hombre no está mal. Quiere decir que es un cambio para embellecer. Un gobierno que se preocupa por embellecer su imagen no se encuentra al borde del colapso precisamente.

Por lo demás ¿no está claro que el debate sobre el estado de la nación fue un vapuleo al señor Rajoy? Por si no lo estuviera, ayer el CIS certificaba que un 44% de la población daba ganador al señor Rodríguez Zapatero y sólo un 16,5% al señor Rajoy. No obstante como el que no se consuela es porque no quiere, aquí está cómo daba la noticia ayer Libertad Digital, El Gobierno utiliza el CIS para dar a Zapatero el triunfo en el Debate sobre el estado de la Nación. Sí señor, con dos narices. Eso es periodismo objetivo a la par que crítico, respetuoso con las instituciones y con grandes conocimientos demoscópicos. De sobra sabe el universo mundo, porque así lo dicen penetrantes analistas de la derecha que en el debate citado, el señor Rajoy acabó con el señor Rodríguez Zapatero, que se derrumbó y ya no tiene resuello ni para convocar a consejo de ministros. Mira por dónde, si yo tuviera que reprochar algo a esta forma de hacer cambios en el Consejo de ministros, diría que Franco tardaba más en los suyos y hacía mas ruido porque había más enterados. Aunque ahora habrá plenty of yoyas ("yo ya lo sabía"), no haya cuidado.