Esta divertidísima saga-fuga de ETA a través de Gara tiene muchos bemoles y está llena de interesantes enseñanzas. En primer lugar, es batalla que se libra en los medios. Parece que la cosa no está para emprendarla a tiros, así que hay que entretener a la afición con algo, un trailer, vamos. Guerra en los medios, como dice un portavoz del Gobierno que reconoce que ETA tiene más presencia mediática que real. Otro que no se ha enterado aún de que la realidad está, es los medios. Véanse si no las reacciones a la última entrega del culebrón intoxicador de Gara.
Gara divide la noticia así: 1º) reunión Gobierno-ETA (con un solo negociador) en marzo de 2006; 2º) otra reunión igual en mayo; 3º) Carta de febrero de ETA al Gobierno pidiendo reanudar negociaciones.
Ahora bien, el orden lógico es el cronológico, así: 1º) carta de ETA al Gobierno, pidiendo, etc; 2º) Envío del Gob. de una persona a ver qué quería ETA y a decir la posición del Gobierno; 3º) Idem.
¿Y qué? En sí mismo, nada que no hubiera hecho cualquiera, incluido Gara, atender a una petición de entrevista, eso sí, redactada en un estilo como de Espronceda pero en basto. De entrada, la derecha concede crédito a ETA (que hace su relato como yo puedo hacer el de Abenámar, Abenámar, moro de la morería), más que al Gobierno. ¿Para qué quiere el señor Zaplana tener las "explicaciones" del Gobierno? ¿Para compararlas con las de ETA? No alcanzo a entender en qué país cree residir este señor. Vive Dios que sólo un cretino puede aceptar ser el instrumento por el que ETA quiere dictar la acción política del Parlamento Español; y lo pongo con mayúsculas, a ver si lo ven.
Y lo dicho, es una pena que un periódico serio de izquierda esté en esta campaña de intoxicación. Pero está. Porque, de lo publicado hasta ahora se sigue que ni compromisos, ni nada de nada. Que no les ha salido la operación de sacar algo a cambio de nada y quieren tener al personal entretenido, ahora que el PP compra cualquier historia para meterla en la trituradora, mientras tratan de volver a las andadas tiro va, bomba viene. Para nada, porque ya han perdido y no es que ETA no esté en situación de entender el mundo que le rodea; es que no sabe ni lo que dice porque una organización que aspira a la independencia y libertad de Euskal Herria, pero se sigue llamando Euzkadi Ta Askatasuna es que literalmente no sabe lo que dice.
La narrativa, por lo demás, es de mucha risa porque refleja exclusivamente el relato de ETA, un punto de vista con el que es difícil que simpatice nadie en España, ni siquiera los lectores de Libertad Digital. Está bien que ETA haga públicos sus ficheros; se entiende estupendamente por qué no había margen de negociación y no se puede culpar de ello al Gobierno. No sé si cuesta trabajo entender que cuando uno le pone una bomba a otro y luego le pide audiencia no puede venir imponiendo condiciones, ¿verdad?