Ánimo que ya sólo quedan diez días para las elecciones municipales y autonómicas. ¿Municipales? ¿Autonómicas? Aquí de lo que menos se habla es de los municipios y de las Comunidades Autónomas, excepto de la Vasca, claro es, por las sólitas razones. En primer lugar el peso de la campaña lo llevan los señores Rodríguez Zapatero, Rajoy y Aznar, un presidente del Gobierno, un candidato a presidente del Gobierno y un ex-presidente del Gobierno, ninguno de los cuales aspira a responsabilidades municipales. Interviene asimismo la jerarquía eclesiástica, cuyo municipio no es de este mundo. Y salvo el señor Rodríguez Zapatero, que habla algo de política municipal, aunque en términos cuasi celestiales, los demás se valen de términos cuasi infernales, pero no se refieren a los ayuntamientos ni por pienso. Tanto daría que hiciera campaña el Rey, en función de ese viejo proverbio español de que "el mejor alcalde, el Rey" aunque, cuando lo intentó Su Majestad, hablando de Irlanda, la derecha desempolvó la guillotina.
El arzobispo de Pamplona, dando pruebas de una exquisita sensibilidad democrática, mínima y casta, como la del poverello d'Assisi, anima a votar en los ayuntamientos a ¡partidos de extrema derecha! de esos que sólo piensan en el Imperio. Los otros dos puntales de la derecha en esta campaña municipal y autonómica, los señores Rajoy y Aznar rivalizan a ver cuál de ellos suelta la infamia más gruesa sobre el presidente del Gobierno, traidor a las víctimas, rompedor de España, vendido, rendido, prosternado, genuflexo ante ETA, pactador con ETA, negociador con ETA, ETA de ETA, De Juana de chiquitos, Otegi tan campante, Batasuna riéndose de los españoles, las instituciones llenas de etarras, como si fuera la carcoma, Navarra profanada como una vestal por los bárbaros del Rh.
La pregunta es ¿por qué la acusación de entrega a ETA? y ¿por qué con esta obstinación, reiteración y contundencia? No es porque haya pruebas de ello; lo contrario es lo que hay, con sistemáticos desmentidos del Gobierno. ¿Por qué entonces? Por la obstinación de ETA de no cumplir sus amenazas, por la falta de atentados. Es fuerte, pero es así. Mientras no haya atentados, hay una posibilidad de que ETA deje las armas y esa es una perspectiva que levanta sarpullido en el PP porque implica que es el PSOE el que abre el proceso de pacificación del Pais Vasco, que es cosa que quiere hacer el PP y, como ya se probó en la "tregua trampa" de Aznar, negociando lo que sea y como sea. Es verdad que es fuerte. Pero es. Un atentado de ETA beneficia a este PP de la claudicación socialista. Fuerte, insisto; pero es lo que ellos mismos piensan:
"Vd., señor Zapatero, ha cedido para que no le pongan bombas y, si no cede, le ponen bombas".Es decir, la única prueba que el PP está dispuesto a admitir de que el señor Zapatero no se ha rendido a ETA es que le pongan una bomba. Con esa falta de lealtad al sistema democrático, la derecha no merece ganar las elecciones.