El señor Hugo Chávez ha decretado el cierre de una cadena de televisión venezolana (Radio Caracas Televisión, RCTV) porque sus planteamientos ideológicos (de la cadena) no coinciden con los suyos (de Chávez) y actúa (la cadena) como feroz crítica de su gobierno (de Chávez), cosa que éste, que representa la verdad, la luz, la libertad, la revolución, etc, no está dispuesto a tolerar. La operación de cierre se ha hecho administrativamente mediante la denegación de la preceptiva licencia. Es decir, es un cierre gubernativo, como los que hacía Franco. La cadena tiene la posibilidad de recurrir al Tribunal Supremo donde es de esperar que se la reponga en sus derechos.
Pero no hace falta aguardar tanto para enjuiciar este atentado a la libertad de expresión. Se haya hecho en nombre de lo que se haya hecho, la izquierda, la revolución o la palingenesia universal, la medida es un atropello, un crimen contra la libertad de expresión, el más preciado de los derechos humanos, un acto de dictadura absolutamente reprobable; es hacer exactamente lo mismo que los enemigos de cualquier movimiento revolucionario. Si la revolución no puede hacerse sin medidas represivas arbitrarias, no es revolución.