Pero al pasar el asunto al procedimiento judicial todo se ha estropeado y ya no hay modo de manipular. Lo que se ve en la sala va quedando meridianamente claro; un fastidio. De los etarras, nunca más se supo. El tal Trahorras está desconocido. Manolón largó todo lo que sabía. Ahora resulta que no había golpe de Estado alguno. No ignorábamos que el ex-minero es hombre de indudadble pragmatismo, dispuesto a contar la guerra civil siempre que le paguen. A lo mejor hay alguien que le paga más o él ha decidido ejercer gratis et amore, cosa desatinada porque la tarea de embarullar las cosas es muy cara y difícil. A este paso ya no va a bastar ni con Esperanza Aguirre soltando insidias sobre la furgoneta Kangoo, la mochila de Vallecas y el coche Skoda. ¿O era la Kangoo del Skoda, el coche de la furgoneta y la Kangoo de Vallecas? Con lo que le costó a este estado mayor del embuste y la patraña construir tal fabulación y sin los dineros de una Opa de Endesa.
El colmo ha llegado con la declaración de Agustín Díaz de Miera, antiguo alto cargo de la policía con el PP y hoy aurodiputado del mismo partido, quien se ha visto obligado a negar al tribunal el nombre del otro policía que fue quien lo puso sobre aviso de que había un documento que probaba la conexión ETA, documento que, de no haberlo sustraido el Gobierno, dejaría en evidencia la sucia maniobra islamo-etarra. Este juez quiere saberlo todo, sin darse cuenta de que puede poner en peligro el armazón que habían levantado trabajosamente entre El Mundo, la COPE y el PP.
Está claro: en este asunto no hay ETA-killers, igual que en el Irak no hay armas de destrucción masiva. Es palmario, evidente, que lxs miembros del Gobierno de Aznar mintieron para meter al país en una guerra como la del Irak y mintieron otra vez cuando, como consecuencia de aquella decisión bélica y criminal, se produjo el atentado mayor de la historia del país. Trataron de endosárselo a ETA, llamando "miserable" a quien no creyera la versión, y contra todo sentido común y pruebas de hecho. Y llevan tres años propalando disparates, decididxs a deslegitimar el juicio del 11-M, que está siendo ejemplar. Sobre todo, gracias al juez Bermúdez. A ver, ese Bermúdez, ¿no tendrá algún lío que se le pueda sacar? ¿Cómo vamos a dejar que la realidad nos estropee tanto buen reportaje?